La Ciudad de las Ideas arrancó con su decimo treceava edición bajo la temática Reboot y envuelto en la nueva normalidad, con aforo reducido y dándole mayor peso a las plataformas digitales.
Debido a la pandemia de Covid-19, el festival internacional de mentes brillante en su edición 2020 se vio mermado, por lo que Andrés Roemer y su equipo tuvieron que adaptarse a los tiempos para brindarle las condiciones sanitarias óptimas a participantes y asistentes.
Dentro de los cambios que tuvo CDI desde los primeros meses de la pandemia, se encontró el nombre pues el nombre inicial era “Perfect visión” pero debido a la situación que aqueja al mundo este se vio modificado un sinfín de ocasiones.
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Otra de las principales modificaciones que sufrió este evento fue la reducción de los asistentes a sólo la quinta parte del Auditorio Metropolitano, es decir alrededor de mil personas solamente, pero con una intensa campaña para que siguieran las ponencias a través del streaming.
Incluso algunas de las ponencias del primer día en colaboración con One Day University se realizaron a través de videollamada para darle un toque diferente al evento, pero sin dejar de lado la interacción con los asistentes.
A fin de mantener la sana distancia en la sala, los lugares fueron otorgados previamente, además de que eran inamovibles, además de que se colocaron ideastas de cartón inspirados en algunos participantes de este evento que a lo largo de los años desde que comenzó a realizarse han perdido la vida.
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Otra de las nuevas normas a seguir dentro del festival fue el retiro de las atracciones que implicaran el aglomeramiento de personas en la explanada del recinto; aunado a ellos al ingreso de los participante se les tomaba la temperatura, se les daba gel antibacterial y se les sanitizaba sin excepción.
Finalmente una innovación que tuvo este evento fue la toma de pruebas rápidas de Covid-19 para los asistentes que así lo quisieran, esto en colaboración con la Secretaría de Salud del Estado, con sólo un piquete en el dedo y la espera de diez minutos, los ideastas podían descartar el ser portadores de la enfermedad.
