Torerías

Amigos, tras la confirmación del Fondo Monetario Internacional de que debido al covid-19 este 2020 viviremos la peor recesión económica en 90 años, superando lo visto durante la crisis financiera global de 2008, bien vale la pena recordar lo que implica en generación de empleos la tauromaquia en México.

Uno de los mayores empleadores en los eslabones de la cadena productiva del toro bravo lo constituyen las ganaderías, pues se estima que éstas en promedio emplean 7.8 personas tanto para la administración de la ganadería como para el manejo del ganado, a quienes se les paga un salario promedio de $9500 mensuales. Por lo anterior, un trabajador tiene una percepción anual de 114,000. Por lo tanto, por concepto de empleo, las ganaderías pagan anualmente $240,084,000.00 (doscientos cuarenta millones ochenta y cuatro mil pesos) por concepto de salarios y remuneraciones. Y generan más de dos mil empleos permanentes.


Adicional a los salarios del campo ¿qué pasa con el espectáculo? Bueno, el grupo de Tauromaquia Mexicana hizo un estudio en 2015 cuando se realizaron en nuestro país 349 festejos en los que para su realización se tuvieron 1047 actuaciones. El pago por actuación a cada matador es muy variable ya que depende de la popularidad que tenga cada torero, pero si se promedia lo que se
pagó a los toreros en el 2015, las empresas erogaron $70,000 por torero si se prorratea. Por lo que hacen un total de $73,290,000.00 (setenta y tres millones doscientos novena mil pesos). Lo que significa que este virus prácticamente ha cortado a la mitad la temporada taurina en nuestro país. De estos pagos derivan muchos otros como Fondos de Reserva, Servicios Médicos, desde luego cuadrillas, monosabios (que son los que arreglan las plazas) y generalmente elaboran las divisas y banderillas.


De manera periférica están todos los vendedores que se encuentras fuera de las plazas de toros, las áreas gastronómicas y obviamente una mercadotecnia y medios de difusión, fotógrafos que quedan prácticamente parados.


Qué nos dijo entonces el Fondo Monetario Internacional, sencillamente que habrá que adaptarse para sobrevivir. Que el virus, nos dejará una profunda crisis económica y los toros no serán excepción. Si bien es cierto ya se estaba trabajando en una labor de renovación, ahora habrá que acelerar el paso para regresar al público a las plazas. Con mayor calidad de espectáculo, con
precios accesibles y toreros que comprendan que la situación no estará para imponer condiciones, sino para adaptarse a la realidad histórica que dicta esta crisis.


La tauromaquia es un espectáculo que tiene varios motivos por los cuáles sobrevivir, valores ecológicos, humanos, económicos, culturales, históricos. Esta crisis nos hará voltear de nuevo al una vida más campirana y natural. Menos material y deshumanizada.


El primer reto para la industria taurina al igual que para el resto del mundo, es aguantar la contingencia. Después el mundo tendrá miedo de asistir a eventos masivos. ¿Cómo garantizar al espectador que estará sin riesgo de contagio alguno? El precio de los espectáculos dependerá de dos cosas: higiene y calidad. Lugares sanitizados, estar seguros de recintos libres de contagios.

Países asiáticos crearon una aplicación en su teléfono móvil para detectar si el lugar al que se dirigen está aún contaminado del covid-19. El gel anti bacterial y los cubre bocas ya serán las nuevas prendas que adornen la moda. La crisis pasó de la economía al miedo de la salud social.