Eduardo Rivera, la pesadilla que le roba el sueño a Genoveva Huerta | En la mira

 

Pese a que los números favorecen a Eduardo Rivera Pérez para que ocupe la candidatura de “Va por México” a la alcaldía de Puebla, las ambiciones de algunos personajes, incluso de su mismo partido, son mayores.

Y es que mientras el PRI y el PRD carecen de cuadros que representen a sus ideales, por el contraste el PAN aún conserva algunas figuras que simpatizan con el electorado y entre ellas se encuentra el ex alcalde capitalino.

Pero es bien sabido que Genoveva Huerta aún conserva las esperanzas de que su cargo como dirigente estatal del partido la lleve a ocupar esta posición, aunque no tenga el arrastre que Rivera Pérez mantiene desde que ocupó por primera vez el cargo.

Incluso la dirigente se resiste a tal grado a otorgarle el lugar al ex compañero de fórmula de Martha Erika Alonso, pese que todo indica que es la dirigencia nacional quien conoce el potencial de Rivera Pérez, pues trascendió que ambos se dieron cita en la sede nacional del blanquiazul para definir como se moverían las fichas.

Aunque no contaban con el as bajo la manga que la morenovallista tenía, pues cabe recordar que en días recientes cuando se inconformaron panistas de San Andrés Cholula, San Pedro Cholula, Libres, Tehuacán, San Martín Texmelucan, Cuetzalan, Izúcar de Matamoros, Cuautlancingo y Santa Clara Ocoyucan por la presunta imposición de candidatos, Huerta Villegas se limitó a indicar que los procesos no estaban cerrados y serían los estatutos quienes definirían a los competidores de junio próximo.

Pues esta misma respuesta fue la que dio luego de que diversos medios apuntaran a que prácticamente estaba cocinada la candidatura de Rivera Pérez, esto a fin de evitar una caída en sus bajas o nulas posibilidades de ver su foto en la boleta en los próximos meses.

Así que esta historia está prácticamente decidida, pues pese a los caprichos de la panista, si Acción Nacional quiere recuperar la capital poblana deberá optar por la experiencia y no simplemente por la crítica y el golpeteo que es la campaña que emprendió Genoveva Huerta en su ilusión por figurar en el mapa electoral del 2021.

Y es que si algo caracteriza a Eduardo Rivera es el carisma con el que atrae al electorado (necesario para sumar votos), además de la experiencia en el cargo, esto pese a que durante su gestión tuvo que sortear diversos obstáculos puestos por el aquel entonces gobernador Rafael Moreno Valle.

Es importante considerar que en estas elecciones no se puede experimentar, pues la oposición no se encuentra en su mejor momento por lo que hasta la más pequeña candidatura debe ser ocupada por el mejor perfil si lo que se quiere es recuperar el poder perdido el pasado 2018.

Si Genoveva acepta una recomendación es mejor que se centre en seleccionar a los mejores para la batalla que está por venir y después de junio comience a trabajar en darle forma a sus intereses políticos para llegar en mejor forma al proceso del 2024.

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Demasiadas son las reservas que ha tomado Claudia Rivera para anunciar su reelección y es que pese a que es un secreto a voces, mismo que ella reveló en una plataforma perteneciente al Ayuntamiento de Puebla, pareciera que tiene miedo a que un paso mal dado le cueste legalmente la candidatura.

Y no es para menos pues dentro de su propio partido parecieran existir más enemigos que amigos, así que tómelo con reservas pues puede ser de un momento a otro que todo cambie en Palacio Municipal.

No se extrañe que tras la salida de Rivera Vivanco el reflector se vaya con ella y la labor de la administración municipal continúe con bajo perfil hasta el tan esperado 6 de junio o antes si el dedo morenista arropa a alguien más como candidato.

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Como se tenía temido tarde o temprano, AMLO dio positivo a la Covid-19 esto luego de mese evitando usar el cubrebocas o suspender sus giras a lo largo y ancho del país, la pregunta aquí es si después de que esto cambiará el rumbo en el manejo de la pandemia.

Pues pese a que algunos afirman que podría tratarse de una estrategia electoral al estilo Donald Trump, un servidor piensa que esto no es así ya que al ex mandatario norteamericano no le funcionó y aquí menos funcionaría luego de que el manejo de la vacuna ha dejado en evidencia que el tema se salió de las manos.

Y es que lo que desde el principio se pintó como una obra perfecta de las fuerzas armadas, ahora que no hemos llegado ni al 1 por ciento de la población vacunada, el ejecutivo federal no tuvo de otra que permitir que los estados y las instituciones privadas adquieran la vacuna por su cuenta, aunado a que se le acusó a Morena de utilizar el tema como bandera electoral.

Tendremos que estar pendientes de las redes sociales del mandatario para los anuncios inesperados que pueda hacer y López Gatell deberá tener cerca su “detende” para evitar que esto termine con su salida del cuarto de guerra de la 4T contra el coronavirus.

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Ricardo Anaya aprendió de una escuela que no es la suya, pues al más puro estilo obradorista ahora decidió que no quiere una diputación que le fue ofrecida para este año, sino que optará por esperar hasta el 2024 para volver a competir por la presidencia de México y si las matemáticas no fallan esta aventura no terminará en ese proceso pues tendrá que verse unos años más como el defensor que el pueblo necesita.

No le extrañe que tiempo después deje el PAN para sumarse a otra fuerza política o porque no con su flauta atraiga a notables perfiles para iniciar un nuevo instituto político.

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El tan esperado cambio de gobierno llegó a Estados Unidos y como era de esperarse la relación del país del norte con México no es miel sobre hojuelas, pues poco le faltó al presidente López Obrador para llorar durante la despedida que le dedicó a Donald Trump.

En la lista de países a llamar, Biden no nos colocó en la primera posición y de la conversación que existió se centró en combatir a la migración ilegal, aunque el nuevo presidente demostró en sus primeras órdenes ejecutivas que no tiene el más mínimo interés de ser una piedra en el zapato mexicano.

Pero si el desgaste de la cuarta transformación continúa como hasta ahora no nos extrañe que AMLO comience a ver en Joe Biden, al enemigo imperialista número uno que represente una amenaza para nuestro país.

Así que esperemos ansiosos el primer viaje diplomático que realice alguno de los dos mandatarios al respectivo país vecino.

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