La democracia es el punto de partida, no el punto de llegada, José Saramago

En este día elegiremos legisladores federales, locales, presidentes de los 217 municipios del Estado, y en 15 estados habrá elecciones de gubernaturas, mediante voto directo, libre y secreto de los ciudadanos; este ejercicio de la democracia no debe quedarse en el discurso; los ciudadanos debemos materializarlo ejerciendo libremente la potestad de elegir a los representantes populares, que deberán realizar un trabajo decoroso en la administración pública del estado y del país y, que en caso de no hacerlo, deberán asumir sus responsabilidades administrativas, civiles y penales.


La democracia, en su sentido etimológico, deriva de dos vocablos del griego, demos, que significa pueblo y Kratos que comprende al poder o gobierno, por lo tanto, la democracia literalmente se entiende como: el gobierno del pueblo o el gobierno para el pueblo. En la actualidad, la democracia implica la soberanía ciudadana que es reconocida constitucionalmente y garantizada institucionalmente para el ejercicio de nuestros derechos políticos.


En el artículo 40 constitucional se encuentra expresada la voluntad del pueblo mexicano de constituirse en una república representativa y democrática, bajo esta perspectiva, el voto de los ciudadanos es un elemento relevante en el sistema democrático mexicano, y aunque no es el único elemento de la democracia, si vale la pena resaltarlo ya que mediante el voto, los ciudadanos tenemos la potestad de manifestar a quienes queremos como representantes populares, por lo que esta elección debe ser un ejemplo de participación política, en la que se observe el poder que tiene la ciudadanía para manifestar su aprobación o rechazo a los proyectos que encabezan cada candidato.

Asimismo, la democracia hace referencia a la inclusión, la igualdad de trato y la participación, y es un elemento fundamental para la paz, el desarrollo sostenible y los derechos humanos. La Declaración Universal de Derechos Humanos, establece en su artículo 21. 3.- "La voluntad del pueblo es la base de la autoridad del poder público", ha inspirado la creación de constituciones en todo el mundo y ha contribuido a la aceptación global de los valores y principios democráticos. La democracia, a su vez, proporciona el entorno natural para la protección y la realización efectiva de los derechos humanos.

La ausencia de democracia propicia que los activistas de la sociedad civil tengan cada vez más dificultades para operar, los defensores de los derechos humanos estén bajo ataque, las mujeres sigan poco representadas, los periodistas sufran perjuicios para realizar su trabajo e incluso en algunos casos sean víctimas de actos violentos.

La ex Comisión de Derechos Humanos de Naciones Unidas que asistía en funciones a la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, recomendó una serie de importantes medidas legislativas, institucionales y prácticas para consolidar la democracia (resolución 2000/47); y declaró lo siguiente como elementos esenciales de la democracia:


Respeto por los derechos humanos y las libertades fundamentales
Libertad de asociación
Libertad de expresión y de opinión
Acceso al poder y su ejercicio de conformidad con el imperio de la ley
La celebración de elecciones periódicas, libres y justas por sufragio universal y por voto secreto como expresión de la voluntad de la población
Un sistema pluralista de partidos y organizaciones políticas
La separación de poderes
La independencia del poder judicial
La transparencia y la responsabilidad en la administración pública
Medios de información libres, independientes y pluralistas.

 

Es necesario continuar promoviendo una cultura política en la ciudadanía, para no comercializar el voto y se ejerza esta potestad constitucional con plena libertad.


Vivir en democracia, permite construir a través del diálogo una relación sana de todos los sectores de la población con los gobiernos, mediante acuerdos que generan estabilidad en el ámbito político, económico y social, y debido a lo anterior, la participación política, el espacio cívico y el diálogo social constituyen los cimientos para que haya buenos gobiernos.

Es Doctor en Derecho por la BUAP, donde se desempeña como: Defensor Adjunto en la Defensoría de los Derechos Universitarios y Profesor en la Facultad de Derecho y C.S.
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