Rumor Sin Fronteras | Quién le quitó a Melquíades candidatura de Moreno Valle

 
El pasaje que estuvo ocultó 15 años en el baúl de la historia política de la sucesión gubernamental de Puebla, cuando el mandatario saliente Melquíades Morales Flores tuvo en su poder la designación de su sucesor a Casa Puebla, hecho que estaba vedado por la regla no escrita… “Gobernador no pone Gobernador”, pues la decisión recaía únicamente en el Presidente de México.
 
Facultad del inquilino en turno de Los Pinos, que perduró durante los más de 70 años de hegemonía priista, y de la cual fue beneficiario el Senador poblano, gracias al “vo.bo” que obtuvo de Ernesto Zedillo Ponce de León, quien entregó por primera vez la Banda Presidencial a la oposición.
La llegada del neo-panista Vicente Fox Quezada al gobierno federal fue el “ábrete Sésamo” para los mandatarios del tricolor, al derribarse el pórtico que dio acceso a “las puertas del cielo” y recibir “la llave” del candado que les permitía entrar a la decisión vedada para ellos… designar sucesor.
Así, el oriundo de Santa Catarina Los Reyes –Ciudad Serdán- tenía a la vista de las y los poblanos a Rafael Moreno Valle Rosas como su sucesor directo a la silla principal del Palacio de Gobierno; en el plan “B” estaba Germán Sierra Sánchez, y por cualquier contingencia telúrica política colocó a –qepd- Marco Antonio Rojas Flores.
Línea sucesoria de las “MM”…
Para la “MM”: Melquíades Morales, que tenía los hilos del poder, no figuraba, ni había espacio, muchos menos aceptación para la otra “MM”: Mario Marín.
Entonces, ¿quién dobló a Melquíades para que Marín lograra la candidatura?
Resulta que encuestas nacionales ubicaban a Enrique Doger Guerrero –era el Rector de la BUAP- como el mejor posicionado y más conocido, seguido del ex alcalde de la Capital Mario Marín Torres, en tercer lugar Rafael Moreno Valle Rosas y cuarto sitio Germán Sierra Sánchez.
Los datos eran duros.
Los números eran reales sin cuchareo alguno.
El manejo mediático y la percepción logró aterrizar entre los poblanos que la dupla posicionada para ganar la gubernatura estaba entre Doger y Marín.
Pese a que el poderoso Secretario de Finanzas y Desarrollo Social del Gobierno diseñó y colocó intenso programa de posicionamiento en todo el territorio poblano del nombre Rafael Moreno Valle… los números no le alcanzaban para igualar, menos rebasar a Mario Marín.
En situación similar estaba el doctor Germán Sierra.
Hechos que llevaron a enfurecer al mandatario Melquíades Morales, pues veía con azoro e impotencia que se le escapaba de entre las manos poner a su sucesor, ya fuera su “hijo político” Rafael, o bien, Germán, su amigo y compañero de mil batallas.
Cólera que abarcó al Delegado del PRI, el tapatío Rafael González Pimienta, amigo de Melquíades desde el Congreso de la Unión.
Puesto que cuando Morales Flores y González Pimienta trataron de revertir las encuestas de Marín-Doger era demasiado tarde.
Tan fue así, que el Delegado del PRI convocó a Marín y Doger:
… Señores ya estuvo. No hay más. Ustedes serán los abanderados del Revolucionario Institucional.
… Mario al Gobierno y Enrique a la Presidencia Municipal.
Hicieron el pacto de sumar a Moreno Valle y Sierra Sánchez en el Congreso y un cargo en la administración gubernamental, respectivamente.
Para evitar cualquier sorpresa de última hora, Roberto Madrazo Pintado, dirigente nacional del PRI, mandó a Puebla de “Delegado Especial” a su paisano Manuel Gurría Ordóñez, para atar las manos a Melquíades y González Pimienta.
Conclusión:
La estrategia oportuna y eficaz de posicionar a Doger y Marín le arrebató la oportunidad histórica a Melquíades de nombrar sucesor en Casa Puebla.
Con la suma de la soberbia que cegó a Moreno Valle y su equipo comandado por Fernando Manzanilla-Marcelo García Almaguer.
Y la fuerte división que se dio entre los grupos de Moreno Valle y Sierra Sánchez, lo que llevó a la polarización interna de las simpatías y votos.
Mario Marín fue Gobernador.
Y Enrique Doger, Presidente Municipal.
Pero…
Melquíades guardó en su “íntima-intimidad” la factura del 2005.
En 2010 la sacó del baúl de la hacienda de Santa Catarina Los Reyes.
Y la cobró con IVA e ISR a Marín.
-Pues- los “10 mil compadres” melquiadistas, los integrantes del clan “Los Morales”, y el movimiento político “24 de Mayo”, se sumaron a la campaña de Rafael Moreno Valle Rosas.
Moreno Valle fue Gobernador.
Y el gran perdedor fue Javier López Zavala, “hijo político” de Marín.
Pese a que Mario Marín SÍ designó sucesor.
Hoy, Melquíades vive de sus añoranzas en Casa Puebla, su estadía en Costa Rica de Embajador y en su Notaría Pública.
Hoy, Marín ve transcurrir meses, semanas y días impensables… recluido en el penal de Cancún por el caso Lydia Cacho.
Hoy, López Zavala está en la cárcel por ser el presunto autor intelectual del asesinato de su ex pareja Cecilia Monzón.
Hoy, Moreno Valle, y su esposa, la gobernadora Martha Érika Alonso Hidalgo, están en el más allá al perder la vida al desplomarse el helicóptero Augusta en el que viajaban a la Ciudad de México el 24 de diciembre de 2018.
Vaya historias de los hombres del poder.
Ayer tuvieron todo.
Hoy unos viven en la soledad y entre barrotes de una celda.
Otros pasaron a mejor vida.
Por cierto, ¿cómo logró Luis Miguel Gerónimo Barbosa Huerta ser candidato al Gobierno para la Elección Extraordinaria del 2019, después de haber perdido los comicios de 2018 ante Alonso Hidalgo?
¿Se llegarán a conocer los pasajes de quién lo “apadrinó” para que la dirigencia nacional de Morena lo volviera a postular?
Al tiempo.