¿Por qué si Francisco Múgica era el hombre más cercano al corazón, como a la visión ideológica de Lázaro Cárdenas, el Presidente en su sucesión se decantó por Manuel Ávila Camacho?
La respuesta -21 años después- la dio el propio Cárdenas durante la entrevista con Roberto Blanco Moheno –citada en el texto “La Presidencia Imperial” de Enrique Krauze-:
“El señor general Múgica, mi muy querido amigo, era un radical ampliamente conocido. Habíamos sorteado una guerra civil y soportábamos, a consecuencia de la expropiación petrolera, una presión internacional terrible.
“¿Para qué un radical, si yo dejé un instrumento revolucionario?… a nuestra salida del poder los obreros estaban organizados, los campesinos también y la Reforma Agraria estaba en marcha; los miembros del Ejército habían sido incorporados al partido de la Revolución.
“¿Era éste, o no, un instrumento de progreso para que México continuara su liberación?”, inquirió Cárdenas del Río.
Posteriormente, en charla con Adolfo Orive Alva le dijo:
“… quería que hubiera paz en el país, y el que podía asegurarla en una época conflictiva como la que el mundo empezó a vivir por la Segunda Guerra Mundial, era Manuel Ávila Camacho”.
Concluye cita del periodista Enrique Quintana -director de El Financiero-: “La intuición de Cárdenas apuntaba el riego de un conflicto social de grandes proporciones, por lo que era necesario calmar a la sociedad mexicana, aunque sacrificara el porvenir de su amigo, el general Múgica Velázquez”.
Vale acotar:
Durante la sabatina perorata de López Obrador, amén de tachar “de ‘derecha’ al General Ávila Camacho, de ‘abandonar’ el ideal revolucionario e instalar la paz de las componendas y corrupción”, olvidó mencionar que la administración Presidencial del poblano guio al País con serenidad durante el trance de la Segunda Guerra Mundial, además de haber creado el Instituto Mexicano del Seguro Social.
Que fue el primer Presidente de México de 6 años.
Y que tuvo la visión –y decisión- de entregar la Banda Presidencial al Primer Mandatario Civil, Miguel Alemán Valdez.
Hecho que ha permitido que durante 72 años consecutivos la República Mexicana tenga mandatarios civiles -de Alemán Valdez a López Obrador-, que los militares sean garantes de la paz, soberanía y lealtad total al Jefe Supremo de la Nación; o sea, al General Cinco Estrellas, que es el mandatario en turno.
Ni más, ni menos.
BEATRIZ GUTIÉRREZ Y SU
MENOSPRECIO A EBRARD
Por cierto, el periodista Salvador García Soto en su columna “Serpientes y Escaleras” –en El Universal- escribió: “Si bien Ebrard sigue siendo visto como el aspirante más experimentado en política y gobierno y el que más puede concitar apoyos y votos de sectores de clase media, de empresarios y hasta de la derecha, los hándicaps del canciller también son fuertes, empezando por la desconfianza y el recelo que puede ver el presidente en su carrera autónoma”.
“Y siguiendo por el odio que le profesa la señora Beatriz Gutiérrez Müller, que es junto con el mandatario, la que decide todos los nombramientos de embajadores y cónsules en este gobierno, y que claramente apoya a la principal rival –Claudia Sheinbaum- del secretario de Relaciones Exteriores”.
¿Y SI EL BUENO ES
ADÁN AUGUSTO?
El columnista Julio Hernández López en su Astillero de La Jornada anotó: “En su renuncia Múgica señaló…
“Creí que la lucha democrática se realizaría dentro de un libre juego de ideas (…) Creí que el Partido de la Revolución Democrática dedicaría todas sus acciones y toda la autoridad que le prestaban los compromisos de renovación, bajo los cuales surgió a la palestra política, a seleccionar dentro de un ambiente popular amplio y sin taxativas las personalidades adecuadas de las que habría de surgir el candidato del mismo.
“Pero, en lugar de un libre examen de las cuestiones nacionales que interesan a los ciudadanos (…) se ha impuesto, desde el primer momento, un intransigente y violento monopolio personalista, defensor de intereses mezquinos y propiciador del continuismo de todos los elementos parasitarios que viven en torno de todos los regímenes (…) una política de imposición que, por otra parte, evidencia su resolución de estar dispuesta a todas las transacciones con tal de alcanzar su finalidad suprema que es el poder por el poder”.
El periodista Julio Hernández remató:
“De aplicarse ese razonamiento a la circunstancia actual parecería que el canciller Marcelo Ebrard no sería el perfil que diera continuidad real y plena a la llamada 4T. Aunque quedaría pendiente dilucidar si Claudia Sheinbaum encajaría en el retrato de continuidad idelógica radical con experiencia de gobierno que Cárdenas no quiso impulsar con Múgica.
“O, por otro lado, si el boceto presentado por AMLO presupone que el paisanaje, como Cárdenas con Múgica, michoacanos ambos, sería suficiente para impulsar a Adán Augusto López Hernández”, fin de la cita.
Con el agregado:
López Obrador y López Hernández son paisanos, su relación es cien por ciento de hermandad, más la unión y perene recuerdo del extinto Notario Público de Villahermosa, Payambé López Falconi, maestro, tutor y hacedor de Andrés Manuel, y padre de Adán Augusto.
Entonces…
Claudia sí será Múgica.
Marcelo no será Ávila Camacho.
Y Adán Augusto será el próximo huésped de Palacio Nacional.
Al tiempo.
