En marzo de 1994 retumbó en el País el clásico salinista: “No se hagan bolas”... el candidato es Colosio, lo que lleva 29 años después a cobrar vigencia en plena era obradorista: “No se hagan bolas”, el líder de Morena y Coordinador de la Campaña Presidencial de Claudia Sheiunbam será… Adán Augusto López.
Así, los que aseguraban el fin de la carrera política del ex Secretario de Gobernación, o que el premio de consolación sería el liderazgo de Morena en el Senado de la República, recibieron –y recibirán- un baño de agua de la gélida Antártida.
Porque, Adán Augusto -como Lázaro- se levantó y andó.
Jugada política que tejió con cirugía milimétrica el Presidente López Obrador, antes de que Morena diera a conocer el resultado de la encuesta para elegir a la Coordinadora de la Defensa de la Cuarta Transformación -en los hechos, virtual candidata Presidencial-
Y, posteriormente, antes de entregarle –miércoles pasado- el “Bastón de Mando” a Claudia Sheinbaum, en restaurante El Mayordomo, el Jefe del Ejecutivo sostuvo reunión privada con la virtual abanderada, donde uno de los temas abordados fue quién sería el nuevo dirigente nacional y Coordinador de campaña.
Ahí, en Palacio Nacional, quedó registrado el nombre de Adán Augusto López.
Ella, claro, sin objeción alguna, dio cordial bienvenida a la nominación.
DE TABASCO PARA TABASCO
¿Por qué si López Hernández quedó en cuarto lugar en la encuesta de las “corcholatas”, será quien asuma liderazgo morenista y coordinador de campaña?
¿Por qué no se negoció con Marcelo Ebrard, quien quedó en segundo lugar?
¿Por qué bajan a Mario Delgado Carillo de la presidencia del Movimiento de Regeneración Nacional?
¿Acaso para que Mario sea el candidato al gobierno de la Ciudad de México?
¿Y Omar García Harfuch, la “ficha” de Sheinbaum?
Por una sola razón…
Amén del lazo fraternal y de total, y absoluta, confianza y lealtad de los tabasqueños, Adán Augusto entró al juego del juego que jugó Andrés Manuel, porque éste se lo pidió.
Adán Augusto tuvo –y tiene- claro que Andrés Manuel, así como pasará a la historia por ser el Primer Presidente de Izquierda en México, será también el Primer Mandatario en entregar la Banda Presidencial a una mujer.
Y será a una mujer de larga data en la izquierda, como lo es Claudia Sheinbaum Pardo.
De ahí, que decidió abrir el juego sucesorio –su sucesión- tres años antes, para que Sheinbaum tuviera el tiempo necesario para darse a conocer en todo el territorio mexicano, arropada y cobijada por el aparato del Estado.
Ello, lo hablaron largamente los hermanos tabasqueños.
Y así, dejar el legado de Tabasco para Tabasco y el País.
Aunado que fue para evitar una mayor polarización entre Claudia y Marcelo.
Por ello, tenía que haber un tercer jugador con presencia, pues los otros tres competidores iban de complementarios –relleno-, Ricardo Monreal, Gerardo Fernández Noroña y Manuel Velasco Coello.
Además, con esa baraja de seis cartas en la mesa, el voto morenista se dividiría, previendo un posible rebase de Marcelo.
ADÁN AUGUSTO SERÁ EL ESCUDO DE CLAUDIA
El papel de Adán Augusto en Morena tendrá dos vertientes torales, por un lado será “el escudo” de Claudia para contener al Frente Unido por México, con su virtual candidata Xóchitl Gálvez; además de contar con los respectivos “expedientes negros” de los principales actores, por algo su paso en la Secretaría de Gobernación.
-¿No es así Alito, Marko Cortés, Fox, Calderón, Jesús Zambrano, Xóchitl y compañía?-
En la segunda pista llevará la negociación directa –claro, previo acuerdo con López Obrador- con los aspirantes al Senado de la República, Cámara de Diputados y nueve gubernaturas.
La triada Andrés Manuel- Claudia-Adán Augusto, tienen claro que sin la mayoría en el Congreso de la Unión… la Presidencia de Sheinbaum estaría más que acotada por la oposición.
El ejemplo está en el segundo trienio del sexenio obradorista. Y como en su momento lo vivió Vicente Fox, quien no pudo ingresar al recinto Legislativo para entregar su Sexto Informe de Gobierno.
Vaya jugada política-electoral de López Obrador.
Deja en manos de su hermano Adán Augusto, no solo llevar a buen puerto la campaña de Claudia, sino la salvaguarda de la Cuarta Transformación para el sexenio 2024-2030.
No hay la menor duda, Adán -como Lázaro- “se levantó y andó”.
Lo mejor está por venir.
Al tiempo.
