El baño de sangre no cesa ni deja de teñir a Puebla Capital y zona conurbada, pues de junio a noviembre de este año han sido ejecutadas 42 personas, donde varios de estos cuerpos fueron desmembrados, embolsados y encobijados, además les dejaron cartulinas con “narco mensajes”.
Sea de día, noche o de madrugada, las balaceras y ejecuciones se están convirtiendo algo cotidiano en la Puebla levítica.
La disputa por dominio del territorio poblano no tiene tregua alguna.
Las reyertas por el control y cobro de piso acontecen –un día sí y otro también- en marcados públicos, cafés, bares, avenidas y centros comerciales de la ciudad y municipios aledaños.
Batalla sin cuartel que se da también por los territorios del huachicol y huachigas, donde la entidad ocupa los primeros lugares en el País en la extracción de hidrocarburos de los ductos de Petróleos Mexicanos, desde mediados del 2013 a la fecha.
El alcalde capitalino, Eduardo Rivera Pérez, avienta la “bola de fuego” al gobierno del Estado y Federal con el clásico atajo: “es por disputa venta de drogas, que le corresponde a la Fiscalía Federal”.
El titular del Ejecutivo, Sergio Salomón Céspedes, en otro carril, pero que va en la misma vía, apunta que “son enfrentamientos entre bandas rivales por manejo del narcomenudeo”.
Lo que lleva a que ni las autoridades gubernamentales –en sus tres órdenes-, mucho menos la Secretaría de Seguridad Ciudadana, ni la Fiscalía General del Estado han logrado contener la brutal incursión del crimen organizado en el territorio poblano.
De ahí la interrogante:
… ¿Quién entregó la plaza al crimen organizado?, pues en Puebla ya se elabora el fentanilo.
¡Cuidado!
Es una droga de lo más mortal y que consumen gran número de jóvenes.
Señalamiento que no es una “bolada periodística”.
Tampoco un trascendido.
Para nada.
En entrevista exclusiva con Proceso, Dámaso López Serrano –El Mini Lic-, primer narcotraficante mexicano del alto nivel que se entrega a la Justicia de Estado Unidos, hace revelaciones sobre la cúpula del Cártel de Sinaloa: “El Chapo Guzmán, El Mayo Zambada y su padre, Dámaso El Lic López Núñez”.
“Detalla cómo, tras la extradición de El Chapo, el cártel se fracturó y ahora, afirma, es una organización en implosión.
“Responsabiliza a Los Chapitos del asesinato del periodista Javier Valdez y devela aspectos de la narcopolítica en México: dinero para García Luna, votos para Peña Nieto…”.
Dámaso narra al periodista Luis Chaparro, “en 2013 llegó el fentanilo a Sinaloa, pero que no se conocía como tal, sino como ‘chiva sintética’, heroína blanca mezclada con fentanilo. Hecha en laboratorios”.
“Enviamos a gente que trabajaba con nosotros a China y allá les presentaron todo, desde cómo se hace, qué sí lleva, qué no, cuánto hay que ponerle. Y así es como llega a Sinaloa.
“Fue una locura cuando vimos cómo y cuánto habían aumentado las ganancias para el cártel. Le invertíamos 300 a 400 mil dólares y con eso fabricábamos 350 kilos de ‘chiva sintética’ y cada kilo se vendía en Culiacán en 18 mil dólares, y ya cruzado en Los Ángeles, 30 o 35 mil dólares. Te estoy hablando de más o menos 2014.
“Hubo personas, de las que no se habla en los medios, que hicieron en un año 30 o 50 millones de dólares”.
El periodista pregunta a Dámaso: Recientemente Los Chapitos ordenaron un alto a la producción de fentanilo.
Responde que “todo fue a raíz de las declaraciones de Estados Unidos de que iban en contra de todos los productores de fentanilo. A raíz de eso se dio la orden de parar todo en Culiacán”.
“Mucha gente dejó de fabricar por miedo, otros por miedo al gobierno, otros porque no les salían las cuentas con el impuesto. Y otros quisieron brincarse la orden de Los Chapitos y fabricarlo a escondidas y esos son los muertos que han aparecido en Culiacán con pastillas de fentanilo”.
Y Dámaso López –El Mini Lic- hace la revelación:
“Muchos de estos laboratorios los mudaron a Puebla y a otros estados cerca de la Ciudad de México.
“Te lo puedo asegurar, hoy están trabajando más fuerte que antes. Mucho más fuertes que en los últimos cinco años.
“Vaticina que el fentanilo seguirá siendo una fuente de ingresos multimillonarios para algunos, aún dentro del cártel –incluyendo a Los Chapitos-, y eventualmente permeará a la gran mayoría de los estados de la República”, concluye síntesis de la extensa entrevista que concedió al semanario Proceso.
Lo anterior lleva a obligadas interrogantes:
¿San Miguel Canoa será uno de sitios donde elaboran fentanilo, por ello ejecutaron a 7 personas?
¿Mercado Morelos será centro de distribución y venta del fentanilo, por lo que acribillaron a 4 hombres?
¿Chachapa, junta auxiliar de Amozoc, también será centro de venta que llevó a dejar 4 cuerpos embolsados con sus respectivos narco-mensajes?
¿Los cinco masacrados en bar “Pinochos” de Amozoc habrán sido por narco menudeo del fentanilo?
Cuestionamientos que derivan del por qué van 42 ejecutados en los últimos cinco meses de este 2023 –y contando-
Cabalgata de masacres y baño de sangre que no se aprecia tenga fin.
Mucho menos con instalación de laboratorios de fentanilo en Puebla.
Vale el cuestionamiento:
¿Quién entregó la plaza de Puebla?
Al tiempo.
