En el juego de la política –como en toda actividad social, empresarial y deportiva- se gana y se pierde.
En algunas la victoria es real.
En otras es negociada.
O se arrebata.
Sin olvidar el factótum del “hombre y sus circunstancias…”.
Así aconteció el pasado fin de semana en la elección interna de Morena para elegir a sus abanderadas y abanderados a las 9 gubernaturas a disputarse en Puebla, Ciudad de México, Morelos, Veracruz, Tabasco, Chiapas, Yucatán, Guanajuato y Jalisco, el domingo 2 de junio del 2024.
Pero…
El punto está en cómo se llega.
Del cómo y bajo qué circunstancias se obtiene el triunfo.
Porque la forma es fondo.
Y el fondo es forma.
Lo que lleva al “quid” de cómo Andrés Manuel López Obrador, primero impuso a Claudia Sheinbaum Pardo como su sucesora en Palacio Nacional.
No solo hizo creer a Marcelo Ebrard que sería un “proceso limpio”, que no habría “dados cargados”, sino también emboletó a su hermano –políticamente hablando-, y paisano, Adán Augusto López, a quienes terminó por abandonar.
Cómo plantó a Rocío Nahle García en el Estado de Veracruz, pese ser oriunda de Zacatecas, el mandatario actual reformó la Constitución Local para dar entrada a la “Ley Nahle”.
Y cómo llevó la sucesión del gobierno de la Ciudad de México.
-Pues-, dejó que la virtual candidata presidencial destapara a Omar García Harfuch, que corriera en busca del abanderamiento y en el “Día D” impusiera a Clara Brugada Molina, so pretexto de la “equidad de género”.
EL CASO PUEBLA
A lo anterior se suma el caso Puebla con los primos Mier, Ignacio-Alejandro.
Una “fuente” –digna de crédito- revela parte sustancial del acuerdo político Claudia Sheinbaum-Salomón Céspedes con el Presidente López Obrador.
Ella y él expusieron –por separado- al Ejecutivo Federal:
… Cualquiera, menos Ignacio Mier.
El aparato y estructura gubernamental de Puebla, y recursos, estarán a disposición de Clara Sheinbaum, planteó el Ejecutivo Estatal.
Ella le recordó a López Obrador el respaldo decidido que le ha dado Céspedes Peregrina.
Andrés Manuel los escuchó.
Guardó silencio con cada uno de ellos.
No fijó postura alguna.
Ni sí.
Tampoco hubo un no.
Semanas después, el gobernador de Puebla subió a redes una fotografía con el Presidente de México en el privado de Palacio Nacional.
Sitio de “acuerdos especiales”.
Ahí se “amarró el pacto”.
Posteriormente se dieron los consejos políticos estatales en las 9 entidades y en Puebla, no fueron electos Alejandro Armenta Mier, Claudia Rivera Vivanco ni Rodrigo Abdala.
Quienes obtuvieron el “vo.bo” fueron Ignacio Mier, Julio Huerta, Olivia Salomón y Lizeth Sánchez.
Más el Consejo Político Nacional determinó incluir a Armenta, Rivera y Abdala.
La fecha del 30 de octubre para dar a conocer resultado de las encuestas se pospuso al 10 de noviembre, en virtud de que el huracán Oris había devastado al puerto de Acapulco.
Lo cierto es que elección del candidato a la Ciudad de México tenía más que confrontado a Omar García con la aspirante Clara Brugada.
Y empezó aflorar que Sheinbaum había recibido el “bastón”, más el poder lo ejercerá hasta el último minuto AMLO.
La prueba de ese poder lo ejemplifica Clara Brugada con el sello cien por ciento obradorista.
Punto.
Así, el viernes pasado, Mario Delgado Carrillo al dar a conocer el resultado de Puebla, anunció que el Senador Alejandro Armenta ocupaba primer lugar de la encuesta, en segundo sitio Ignacio Mier y Claudia Rivera era la mejor posicionada, superando a Olivia Salomón y Lizeth Sánchez.
Casualmente, ganaron Alejandro y Claudia, quienes no fueron nominados por el Consejo Político de Puebla.
Armenta se llevó el “premio mayor”.
Y Nacho Mier el de consolación.
Con el cerrojazo:
Sheinbaum sacrificó a García Harfuch.
Y López Obrador ofrendó a Ignacio Mier.
Más el trébol de cuatro hojas de Salomón:
De Diputado Local a Gobernador.
-Si Miguel Barbosa no hubiese fallecido, Salomón Céspedes no sería gobernador-
E hizo valer la regla de oro no escrita:
Gobernador no pone Gobernador, pero sí veta”.
En breve, Alejandro Armenta recorrerá el Estado en busca del voto para ganar la gubernatura e Ignacio Mier hará lo propio para arribar al Senado de la República.
Y tendrán que caminar juntos.
Por cierto, ¿a qué acuerdos llegarán los primos Mier?
Al tiempo.
