“Qué importa la sordera del oído cuando la mente oye, la verdadera sordera, la incurable sordera es la de la mente”. Víctor Hugo

Amables lectores, los saludo con el gusto de siempre y en esta ocasión quiero dedicar esta columna a lo que la Asamblea General de Naciones Unidas ha proclamado dentro de la resolución A/72/439,  como 23 de septiembre Día Internacional de las Lenguas de S eñas, con el fin de concientizarnos sobre la importancia de la lengua de señas para la plena realización de los derechos humanos de las personas sordas.

                        Cada persona sorda es diferente de otra, pero comparte con otro sordo una de las necesidades fundamentales de todo ser humano: la de comunicarse en una lengua accesible para él, la necesidad de comprender y ser comprendido por los que lo rodean. Según la Federación Mundial de Sordos Disponible en inglés, existen aproximadamente 72 millones de personas sordas en todo el mundo. Más del 80 por ciento vive en países en desarrollo y como colectivo, utilizan más de 300 diferentes lenguas de señas.

                        Las lenguas de señas son idiomas naturales, estructuralmente distintos de las lenguas habladas. Existe también un lenguaje de señas internacional que es el que utilizan las personas sordas en reuniones internacionales y, de manera informal, cuando viajan y socializan. Este lenguaje internacional se considera una lengua pidgin, es decir, una lengua mixta creada a partir de una lengua determinada más otros elementos de otra u otras lenguas.[i]

                        En la Declaración Universal de Derechos Humanos hasta en nuestra Carta Magna contemplan el derecho de nacer libres e iguales ante la ley, pero por condiciones físicas o psíquicas los seres humanos van adquiriendo condiciones diferentes que requirieren un trato distinto a aquellos que tienen plenitud en sus capacidades. Es necesario empoderar a este sector de la población, permitiéndoles desarrollarse dentro de nuestras sociedades, interesándonos por aprender lenguas de señas con el objetivo de incorporarlos a nuestros núcleos sociales y dejar de segregarlos y sin oportunidades.       

                         La Convención sobre los derechos de las personas con discapacidad reconoce y promueve el uso de las lenguas de señas. Establece que tienen el mismo estatus que las lenguas habladas y, obliga a los estados parte a que faciliten el aprendizaje de la lengua de señas y promuevan la identidad lingüística de la comunidad de las personas sordas.

                        Una sociedad progresista no excluye a ningún ser humano, porque cada uno algo tiene que aportar en beneficio de todos.

 

 

[i] Organización de Naciones Unidas. La integración a través del lenguaje de señas. http://www.un.org/es/events/signlanguagesday. Fecha de consulta 22 de septiembre de 2018.

 

  • Es Doctorante en Derecho por la BUAP, donde se desempeña como Abogado Asesor en la Defensoría de los Derechos Universitarios, profesor colaborador en la Facultad de Derecho y C.S., y es Director del Bufete Jurídico “Pinto y Asociados” S.C.   

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