Amables lectores, los saludo con el gusto de siempre y aprovecho para exponer la indignación y la impotencia que me invade ante la ola de actividades y hechos delictivos que se ha vuelto parte de la cotidianeidad en México, y por citar algunos como: la trata de personas, el contrabando, la extracción de combustible, el secuestro, ejecuciones por ajustes de cuentas, asaltados en centros educativos, asaltos en transporte público, lavado de dinero, venta de droga en instituciones educativas, desapariciones forzadas, violencia familiar y una lista interminable y, las preguntas son:
¿Por qué se ha incrementado la delincuencia en todo el país? ¿Por qué cada vez más mexicanos forman parte de los grupos delictivos?
The Institute for Economics and Peace en su estudio Índice de Paz México 2018: Panorama del Nivel de Paz en México, refiere que el incremento de la delincuencia organizada es resultado de la debilidad institucional, asimismo, las cifras de la violencia colocaron a México en la posición 140 de 163 países en el Índice Global de Paz 2018.
El Índice de Paz México examinó tres grandes rubros: las cifras de la violencia, los costos económicos de la violencia y el estado de los aspectos que contribuyen a la paz como las “actitudes, instituciones y estructuras que crean y sostienen a las sociedades pacíficas”.
Por lo anterior, es necesario en términos generales invertir más en educación y en términos específicos capacitar al personal de las instituciones de procuración y administración de justicia en todos los niveles: el policial, el de fiscalía, el de investigación y el de reclusorios, asimismo la ley procesal penal se debe ajustar al contexto que vive nuestro país, no puede ser copia de un modelo ajeno. México tiene sus propias vicisitudes.
Debemos recuperar la confianza en la procuración de justicia, tener la certeza de que, al denunciar conductas delictivas habrá investigación y en caso de responsabilidad se sancionará conforme a derecho, que no se sustraigan de la acción de la justicia aquellos que delinquen una y otra vez. Al aplicar la ley, menos mexicanos verán como opción formar parte de los grupos delictivos.
Y finalmente, los ciudadanos debemos dejar de fomentar la corrupción: pagando nuestras infracciones, haciendo filas, pagando impuestos, evitar los moches y enseñando a nuestros hijos a amar a México.
•Es Doctorante en Derecho por la BUAP, donde se desempeña como Abogado Asesor en la Defensoría de los Derechos Universitarios, profesor colaborador en la Facultad de Derecho y C.S., y es Director del Bufete Jurídico “Pinto y Asociados” S.C.
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