“Nadie nace odiando a otra persona por el color de su piel, su origen o su religión” Nelson Mandela

Amables lectores, a pesar de la divulgación que se realiza a diario de los derechos humanos es preocupante el nivel de discriminación que se vive en el país. Las etnias son grupos afectados por este flagelo que, si bien es cierto, representan una minoría es también cierto que deben ser incluidos seriamente dentro de los programas del gobi erno federal y de los gobiernos locales, con el fin de mejorar sus condiciones de vida y empoderarlos dentro de la sociedad.

Según Naciones Unidas, la población indígena del mundo se estima alrededor de los 370 millones de personas, viven en más de 70 países, están constituidos por más de 5.000 grupos distintos, representan el 5% de la población mundial, constituyen el 15% de las personas más pobres del mundo, y carecen de los programas educativos, de salud, de acceso a la justicia y de servicios públicos. Lo anterior genera una brecha que a dichas comunidades las pone en condiciones de franca desigualdad.

El artículo segundo de nuestra Carta Magna reconoce a los pueblos indígenas como parte de la nación mexicana y como conjunto de culturas pertenecientes a ella, dicho artículo tutela su bienestar, así como también su identidad, costumbres y lenguas. Además, la Declaración de los Derechos de los Pueblos Indígenas de la ONU, promociona y fomenta la protección de sus derechos. Sin embargo, estos ordenamientos no han inhibido el fenómeno de la discriminación en contra de estas comunidades por parte de la sociedad y por el propio gobierno, haciéndolos sentir ajenos dentro de su propio país, generando un menoscabo a su dignidad humana y a su autoestima individual y colectiva.

La discriminación en contra de las comunidades indígenas daña el tejido social en su conjunto y pone en riesgo la armonía y los vínculos entre todos los sectores socioculturales que integran nuestro México.

La discriminación a los pueblos originarios es una muestra más de los pendientes que tenemos como sociedad y que debemos combatir; enseñando a los niños y a los jóvenes a sentirse orgullosos de su origen, a respetar los derechos humanos de todos los sectores que conforman el país, a tolerar las diversas formas de pensamiento y a reconocer la grandeza del ser humano por el solo hecho de serlo; sin olvidar que nuestra raíz proviene del seno de los grupos étnicos que aportan cultura, historia e identidad.

No podemos exigir del extranjero el respeto a los derechos humanos de los connacionales, si no damos el trato de iguales a las etnias que le dan esa singularidad a México.

•Es Doctorante en Derecho por la BUAP, donde se desempeña como Abogado Asesor en la Defensoría de los Derechos Universitarios, profesor colaborador en la Facultad de Derecho y C.S., y es Director del Bufete Jurídico “Pinto y Asociados” S.C.

Comentarios:Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo. / Twitter: @apjorge/ facebook: Jorge Pinto

Puebla de zaragoza °C
  16.04.2024 Ferienhaus Ostsee