#MeSientoRenovado Habemus cuarta transformación con torta bajo el brazo

 

Queridos lectores no me fui con EPN a vacacionar en una isla secreta, estoy de vuelta para hablar gustoso de la tan esperada, conocida y mencionada cuarta transformación pues desde el pasado sábado primero de diciembre, en México se respira un aire de esperanza y cambio.

Pues con la llegada de Don Andrés Manuel López Obrador las puertas de los pinos se abrieron (aunque los visitantes se monten en objetos históricos o se lleven hasta las nochebuenas), el avión presidencial está en venta (aunque mientras pague renta de un espacio en Estados Unidos), los ciclistas se pueden acercar al auto del presidente (aunque metros más adelante son derribados por discretos guardias) y más de una larga lista de acciones esperadas por el pueblo mexicano.

Lo cierto es que la verdadera transformación comienza con cada uno de nosotros al recoger la basura, evitar dar “mordida”, respetar a los otros, etcétera, etcétera, etcétera de una larga lista de valores que en teoría aprendemos desde casa, pues no debemos olvidar que el señor presidente AMLO, o peje (pero no lagarto) es político y aunque no lo quiera tarde o temprano deberá aplicar la política para que sus ideas y proyectos prosperen.

Tampoco será complicado pues dispone de la mayoría del congreso y el senado, con lo que podrá hacer (como hasta ahora) su voluntad absoluta y es que pese a que la Suprema Corte de Justicia de la Nación le dio un revés en el tema de la reducción de salarios a funcionarios, él se pasa la autonomía por el arco del triunfo (aunque firme y reafirme que no) para cumplir su “compromiso de campaña” de que nadie en el sector de la burocracia gane más que él.

Por otra parte insiste en no contar con personal de guardia y seguir viajando en vuelos comerciales y un jetta común, lo que no acaba de comprender, es que cualquier incidente que le pueda ocurrir no le ocurriría a “El Peje” (pues eso sería irrelevante y sólo le preocuparía a su familia y seguidores) le ocurriría a la figura del Presidente de la República, lo que pondría en riesgo la estabilidad del país en el entorno mundial, cosa que no necesitamos para agudizar la crisis de seguridad que tenemos.

Pues pese a que la primera semana va viento en popa cuan luna de miel y todo son “abrazos, no balazos” entre la ciudadanía y el gobierno, en algún momento abra uno o muchos inconformes y el AMLOve se puede convertir en “el pejelagarto” que no cumpla o que simplemente no satisfaga los más inimaginables caprichos del pueblo.

Y como bien mencione al inicio de esta columna, la cuarta transformación llegó con torta bajo el brazo pues después de meses de espera, humo blanco salió del Tribunal Electoral de la Federación y si señores si ustedes fueron de los pocos que abiertamente confiaban en la ratificación de la elección de la gubernatura de Puebla si la sesión se daba después del primero de diciembre, déjenme decirles que pueden cobrar sus apuestas.

Contrario a lo que muchos pensaron (pensamos), la mano redentora de AMLO presidente, no se vio en el TEPJF este sábado ocho de diciembre o quizá sí y muchos no quieran aceptarlo, pues el señor presidente con la mano en la cintura (y la otra en el bastón de mando de los pueblos indígenas) podía “sugerir” a los magistrados anular la misma para beneficiar a su partido, pero también es sabido que Rafael Moreno Valle no descansa hasta obtener lo que quiere.

Y es que veamos fríamente, cada quien a luz de todos defendía su causa, pero el tema la Sala Superior lo retraso semanas e incluso el día marcado para la sesión lo retrasó horas que no fueron por que tuvieran sueño los magistrados o porque no se decidieran a llegar, era evidente que seguían las negociaciones entre Andrés Manuel López Obrador (con la promesa de un gobierno transformador), Rafael Moreno Valle (con miras a cosechar su proyecto en 2024) y los magistrados que tenían que salir a dar la cara para tomar una decisión.

Bien sabe el señor presidente la fuerza política y los alcances que puede tener Rafael Moreno Valle y en contraste con el capricho de mantener a Luis Miguel Barbosa, hecho que le daría una inminente derrota de repetir el proceso, por lo que a luces se asoma que (como lo dije arriba) tuvo que hacer política nuevamente y cederle Puebla a Martha Erika Alonso por el bien de TODOS.

Ahora sólo falta que aplique su bastón de mando con el JJ, Biestro y todos sus secuaces para que no obstaculicen el trabajo del gobierno del estado desde el congreso local, como represalia a que les cortaron las alas de ser gobernadores interinos o por qué no ser contrincantes en una elección extraordinaria.

Lo que es cierto es que la cuarta transformación, en lo que al nivel federal refiere, no luce mal pero debe pulirse para cumplir de manera amplia con tantas expectativas que tiene a cuestas. En el plano local Martha Erika Alonso debe ofrecer su mejor proyecto para poder poner en alto el papel de las mujeres en la política pero sobre todo para demostrar que llega con ideas propias y que no tiene pegada a ella la sombra del coordinador de senadores del PAN (ya saben quién).

No me queda más que desearles éxito al señor Andrés Manuel López Obrador y a la señora Martha Erika Alonso Hidalgo, ya que si sus proyectos triunfan, nosotros también gozaremos de condiciones óptimas durante sus administraciones, pues ni uno es inexperto no otra es de la mafia del poder o no por lo menos hasta que demuestren lo contrario.

P.D. Agradezco el haber podido compartir el pan y la sal con la prensa FIFI de Puebla pues aunque todos portemos diferentes camisetas, el trabajo en equipo es el que hace de cada cobertura una experiencia.

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