Educar en la igualdad y el respeto es educar contra la violencia. Benjamín Franklin

Amables lectores, ¡les saludo con el gusto de siempre! El pasado 17 de mayo, fue Día Internacional contra la Homofobia, la Transfobia y la Bifobia, que busca eliminar  la discriminación que sufren personas homosexuales, transexuales y bisexuales.

Actualmente se conmemora en 130 países del mundo. Estas expresiones, son un llamado a todas las sociedades, incluida la nuestra, para sensibilizarnos y atender las realidades que se dan en el mundo contemporáneo, como lo es la “diversidad sexual”, que ha generado discriminación e incluso crímenes de odio contra personas que tienen orientación o preferencias sexuales diferentes, transgrediendo sus derechos humanos, por lo que, es importante promover una cultura de la inclusión que termine con toda clase de discriminación, es así que, la educación juega un papel preponderante, ya que, a través de ella se van incorporando aspectos como la diversidad, el pluralismo democrático, la educación intercultural, multicultural, pluricultural o transcultural con lo que, se puede contribuir a garantizar el cumplimiento de los derechos humanos.

                        La UNESCO define la educación inclusiva como: una aproximación estratégica diseñada para facilitar el aprendizaje exitoso para todos los niño/as y jóvenes. Hace referencia a metas comunes para disminuir y superar todo tipo de exclusión desde una perspectiva del derecho humano; asimismo, parte de la defensa de igualdad de oportunidades para todos los niño/as y tiene que ver con remover todas las barreras para el aprendizaje, y facilitar la participación de todos los estudiantes vulnerables a la exclusión y la marginalización, que haya mayor participación de los estudiantes en el colegio y la reducción de la exclusión de las culturas, el currículo y la comunidad de los colegios locales.

                        Dyson destaca que la inclusión simplemente denota una serie de amplios principios de justicia social, equidad educativa y respuesta escolar.

                        Si bien es cierto, que fomentar una cultura de la inclusión no es tarea única de la educación, pero si es un factor primordial, por lo que, las asignaturas desde la educación básica hasta la superior se deben ajustar a las circunstancias sociales promoviendo ante todo al individuo.

El objeto del respeto debe ser, en primer lugar, la humanidad de la persona, no en tanto que colectividad, sino en tanto que cualidad humana. Como lo vislumbra  Ricoeur.

 

 

  • Es Doctor en Derecho por la BUAP, donde se desempeña como: Profesor Colaborador en la Facultad de Derecho y C.S., Defensor Adjunto en la Defensoría de los Derechos Universitarios.
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