Investigador estudia los sistemas de excitación e inhibición del cerebro con padecimientos neurodegenerativos

Una vez que un paradigma científico se mantiene por un largo tiempo es difícil cambiarlo, pero una educación de calidad internacional y la constancia aprendida en la BUAP permitieron al doctor Agenor Limón –investigador de la University of Texas Medical Branch (UTMB), en Galveston, Texas– romper un modelo científico: las proteínas que generan actividad eléctrica en el cerebro se mantienen activas después de la muerte.

“Se sabía que cuando una persona fallece las proteínas albergadas en el cerebro se degradan rápidamente, siendo imposible estudiar su función. No obstante, descubrimos que la función de las proteínas, al menos de aquellas partícipes en la comunicación sináptica entre neuronas, se mantienen activas hasta 120 horas antes de ser congeladas y por muchos años en congelación. Eso significa que los cerebros acumulados en los biobancos de todo el mundo pueden ser estudiados a nivel funcional y desarrollar estudios que antes eran impensables”.

Esta es una de las aportaciones a la ciencia realizada por un egresado de la BUAP, cuya línea de investigación se centra en el estudio de los sistemas de excitación e inhibición del cerebro con padecimientos neurodegenerativos y mentales, específicamente con enfermedad de Alzheimer y esquizofrenia.

El doctor Agenor Limón cursó estudios de pregrado y posgrado en la Máxima Casa de Estudios en Puebla: la Licenciatura en Químico Farmacobiólogo, en la Facultad de Ciencias Químicas; así como la Maestría y Doctorado en Ciencias Fisiológicas, en el Instituto de Fisiología, en las cuales obtuvo las distinciones Ad honórem y Cum Laude, respectivamente.

Reconstruir la actividad eléctrica en el cerebro

No lucha en la Guerra de Troya o dirige una tribu de cananitas en las regiones de Sidón y Tiro, en Líbano, como el personaje de la mitología griega a quien debe su nombre, pero desde su laboratorio el doctor Limón reconstruye con diversas técnicas la actividad eléctrica a nivel molecular de las neuronas de cerebros humanos albergados en biobancos de Estados Unidos, entre estos de las universidades de Washington y de Texas, así como en los centros nacionales de salud.

“Ponemos a prueba los efectos de ciertos fármacos y vemos cómo se alteran y remodelan los receptores. En tanto, para entender la base funcional se emplea un análisis bioinformático, cuyo fin es conocer los cambios moleculares (errores) a nivel de genes en el cerebro humano. Nuestro análisis cubre todo el cerebro para no tener sesgos, porque los cambios que se generan en enfermedades no son localizados en un área en particular”, explica.

  • ¿Cuál es el impacto de su investigación?
  • Nuestro trabajo es muy significativo para conocer cómo se genera esta actividad eléctrica y el tipo de medicamentos que se van utilizando. Esperamos encontrar fármacos más específicos con los cuales se pueda prevenir o detener la enfermedad neurodegenerativa en cuestión y con ello mejorar la calidad de vida de las personas.

En su carrera científica, el doctor Agenor Limón ha publicado 28 artículos indizados y es miembro de diversas asociaciones, como la American Society for Pharmacology and Experimental Therapeutics y la International Brain Organization.

“La educación fue muy buena, tuve maestros excelentes que me dieron las bases del pensamiento crítico para poder hacer la investigación que realizo. Ahora en el Laboratorio de Fisiología Sináptica de Enfermedades Neurodegenerativas y Psiquiátricas estamos rompiendo varios paradigmas. Lo hemos hecho dos veces y vamos por la tercera vez. Eso se debe a la constancia que uno aprende en la BUAP”.