Ser mujer, es sentirse mujer

Ser mujer va más allá del rol social o de si tenemos vagina o pene; es más bien una vivencia, un sentirse mujer que se expresa, vive y muestra de muchas maneras. Por ello, hay que hablar de todas, como las chicas trans, afirmó Rinna Riesenfeld Robinson, directora de El Armario Abierto, un centro de educación para la salud sexual, durante el primer día de “Más allá del rosa”, semana de actividades que la BUAP realiza para conmemorar el Día Internacional de la Mujer.

En su conferencia “Redefiniendo el ser mujer”, Riesenfeld Robinson buscó generar reflexión en torno a las mujeres de las que no se habla: las transexuales. Tras escucharla, los asistentes coincidieron en que “pese a las diferencias, hay que dejar ser feliz al otro”.

Durante la ponencia, impartida en el auditorio “José María Morelos y Pavón”, de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales, Riesenfeld cuestionó sobre aquello que define ser mujer. El cuerpo, los comportamientos y actitudes, la capacidad de procrear, los roles sociales y las preferencias sexuales son mecanismos que tradicionalmente se utilizan para este propósito; sin embargo, dijo, no sirven para ello.

Para profundizar en el tema, habló de una joven transexual que en su adolescencia fue sorprendida en varios intentos de mutilarse sus genitales masculinos, por sentir que no correspondían a su identidad. Hoy defiende los derechos de la comunidad trans. Riesenfeld narró que esta activista gritó al mundo que no hay necesidad de esconder su pene, para afirmarse a sí misma como una mujer.

Desafortunadamente, lamentó la conferencista, las personas tienden a encasillar a las mujeres trans como hombres sólo por el hecho de que tienen órganos masculinos, un error que deriva de la tendencia equivocada de definir a un hombre y a una mujer por sus cuerpos. “Lo mismo sucede si nos basamos en la preferencia sexual, las actitudes, los comportamientos… Encima, tendemos a violentar y discriminar a lo diferente”.

Agregó que el género -lo que una cultura define como masculino y femenino en un tiempo en particular- ayuda a comprender cómo lo que se asocia a ser un hombre y a ser una mujer se modifica en función de las necesidades económicas y políticas de cada época.