Es en la histórica ganadería de Coaxamalucan, fundada por Don Carlos González Muñoz en 1907, donde el matador Jorge Aguilar “El Ranchero” escribiera tantas páginas de faenas camperas. El actual ganadero Don Rafael González Bocardo dispuso de un día soleado para llevar a cabo la prueba de bravura de las vacas.
El matador tlaxcalteca Sergio Flores fue el encargado de estas labores de tienta. Se probaron tres vacas con edad y trapío saltaron al ruedo una a una para dejar ver la bravura que corre por los potreros de Coaxamalucan. Sergio Flores logró descubrir las condiciones de cada ejemplar para que los ganaderos pudieran hacer sus anotaciones en el libro de registros de tienta. Debutó como picador de la casa el ganadero José Francisco “Curro” González con estupendos resultados y también picó Don Esteban Osorio.
En las labores de ayuda destacó la presencia del novillero poblano Héctor Gabriel Aquino quién demostró los avances que lleva en su carrera y que en todo momento estuvo atento a las órdenes y consejos del matador Flores.
Al término de la tienta, Don Rafael González Bocardo comentó: “Coaxamalucan es una ganadería que desde mi bisabuelo Don Carlos González Muñoz, mi abuelo Don Felipe González y González y mi papá Don Rafael González “El Cuate” lo que buscaban era la bravura. Estamos hablando de una ganadería que principalmente busca la bravura, también atributos como el estilo y eso te lo da cuando humillan las becerras, que se empleen y que sean emotivas. Ya en las corridas un toro con estas condiciones provoca que el público se levante de sus asientos y eso es lo que buscamos aquí en Coaxamalucan”, apuntó.
Sus resultados se han visto recientemente en Pachuca por lo que dijo: “En Pachuca mandamos una novillada interesante, con mucha expectación y donde los medios de comunicación dieron una puntual cobertura al juego de estos novillos”, detalló que Coaxamalucan era copropietaria de 5 hermanos pero en un sorteo, como se hace previo en las corridas de toros en un sombrero y papel arroz, se jugó a la suerte la ganadería quedando en manos ya de la familia González Bocardo. Por lo que ahora queda en su custodia tanto Coaxamalucan como la dehesa de “El Cuate” González. Así transcurrió un día muy completo por la seriedad de la tienta y el ambiente que se gestó en esta histórica cabaña brava tlaxcalteca.
