Mes del niño

La tauromaquia es un espectáculo que llegó a México desde principios del siglo XVI a nuestra tierra.

El primer registro del que se tiene documentado data de 1526 con la quinta carta de relaciones de Hernán Cortés al Rey Carlos V de España informándole de la actividad de “fiestas de toros y cañas” en la Nueva España por motivos de las fiestas de San Juan. Un espectáculo que llegó para quedarse en las nuevas tierras conquistadas por los españoles. Misma que penetró directo en las familias y desde luego en el gusto de muchos infantes que con el tiempo fueron los aficionados que siguieron dando vida y personalidad a la Tauromaquia en México.


Es innegable pensar que don Ignacio Allende, antes de haber sido un destacado torero de a caballo, su afición se inyectó desde la infancia, lo mismo que el ganadero y torero que con los años fuera sacerdote Miguel Hidalgo Costilla y Gallaga, entre muchos otros personajes que con el tiempo fueron destacados defensores no solo de la fiesta taurina sino de la cultura en general. De ahí que Hidalgo fuera un reconocido aficionado también a la buena música y lectura. Lo mismo que el destacado aficionado a los toros, el aficionado y sacerdote José María Morelos y Pavón. Entre sus aportaciones más destacadas a nuestra historia patria están Los Sentimientos de la Nación, sobre los que descansan las bases de nuestra Constitución.


Pero entonces, qué pasa con los actuales niños y jóvenes que gustan de la tauromaquia? La escasa información en muchas escuelas públicas y privadas los hacen objetos de discriminación o señalamientos sin fundamento. Cuando se requiere de valores morales como la tolerancia y el respeto, en algunos colegios los niños y jóvenes que demuestran su gusto por la Tauromaquia son
enviados a áreas de psicología.


ESTUDIOS PSICOLÓGICOS Y RECOMENDACIONES DE LA OMS

El grupo de Tauromaquia Mexicana, realizó un estudio donde se evaluaron un total de: 303 menores
-139 niños (entre 7 y 11 años)
-164 adolescentes (entre 12 y 17 años)
Se formaron tres grupos para su estudio:


Primer grupo. Menores que No han tenido contacto con la Tauromaquia.


Segundo grupo. Menores que han asistido a una Corrida de Toros.


Tercer grupo. Menores que practican la Tauromaquia.


Así mismo hubo 80 entrevistas de opinión acerca de las corridas de toros para padres.

Los resultados alcanzados fueron los siguientes: 


Primero. No existe evidencia científica que demuestre que participar como espectadores o en prácticas en escuelas taurinas, cause algún estrés postraumático en las niñas, niños y 47 adolescentes. Tampoco existe evidencia científica irrefutable que pruebe que la participación en las corridas de toros o en espectáculos taurinos es un detonador de violencia.


Sin embargo, sí se detectó que la falta de prácticas de valores morales como la tolerancia, el respeto, el amor y la convivencia, tanto en el hogar como en áreas públicas como escuelas, centros de trabajo y lugares de esparcimiento sí contribuyen a una sociedad más violenta. Sobre la Organización Mundial de la Salud (OMS), emite recomendaciones mas no emite normativas prohibicionistas o que sancionen una práctica que no demuestra una conducta violenta en el ser humano como la tauromaquia.
Cabe señalar que Francia fue el primer país que blindó a la tauromaquia como un Patrimonio Inmaterial ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU) a través de su área de Patrimonios Culturales de la Humanidad.

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