Jerónimo con las ilusiones intactas

Puebla, Pue. El matador de toros poblano Jerónimo continúa en plena preparación con su “sana distancia” y las ilusiones intactas a pesar de la contingencia sanitaria por la que pasa el mundo ante las duras embestidas del COVID-19.

El año pasado dictó cátedra en la segunda corrida de la feria de Puebla en un cartel variado y atractivo para la afición en general. Además de “Jero”, completó el cartel el tlaxcalteca Uriel Moreno “El Zapata” y Ernesto Javier “Calita” para lidiar toros de Los Ébanos y de la familia Haces.


Jero es un matador experimentado, con 21 años de alternativa que ha logrado ser además de un corte artístico, un torero que goza de técnica y poder. Pues pocos matadores han lidiado tantas ocasiones ganaderías como Piedras Negras, De Haro, Tenexac; siendo un torero de arte. Jero nació en la ciudad de México, pero muy pequeño se vino a vivir a la capital del estado de Puebla por lo que se le considera poblano. Su formación profesional inició en ganaderías tlaxcaltecas, principalmente en la histórica cabaña de Piedras Negras que actualmente dirige Don Marco Antonio González Villa y en la cual les unen fuertes lazos familiares e históricos que comienzan con el tío abuelo del matador Jero, pues el matador Jorge Aguilar “El ranchero”, nació en la hacienda de Piedras Negras, misma casa ganadera que este año cumple 150 años de bravura.


Jero, quien es un amoroso padre y un responsable jefe de casa, se da sus tiempos para el entrenamiento a puerta cerrada. Es un charro que disfruta del hogar en el campo y de la inspiración como torero.


Tal vez no registra la historia, de un torero que logre el dominio de ambas capacidades al mismo tiempo: arte, fuente inagotable de la fiesta taurina y por el otro, poder, para lidiar ganaderías con bravura y que representan exigencia para cualquier torero.


De ahí que la aportación del matador Jerónimo al mundo del toro, es significativa. Pues ha logrado manos a mano, lo mismo con toreros poderosos que con toreros artistas o de otros cortes. Y no desentona su maestría. Lo mismo con toros que requieran lidia perfecta, muleta de poder y pensamientos claros; que expresión artística con toros que permitan el relajamiento y disfrutar a
plenitud la plasticidad que brinda el aroma que despide un ejemplar cuando lo permite.

“Jero” tiene pendiente, tomando todas las precauciones condicentes, torear en la cabaña brava de De Haro toros a puerta cerrada.