Tlaxco, Tlax. El novillero español Marcos hizo su primer tentadero en México y esto fue en la ganadería tlaxcalteca de Rancho Seco, al lado del matador apizaquense Gerardo Rivera. Lo anterior con miras a sus próximos compromisos respectivos que sostendrán en la región. El ganadero Sergio Hernández González y su hijo Sergio Hernández Weber, dispusieron de 4 becerras y 2 machos del encaste español de Santa Coloma para las labores de tienta.
Sobresaliendo el primer novillo-toro número 503, por su fijeza, bravura, emotividad y recorrido; un toro para vacas sin duda y que mantendrá en alto la calidad de los ejemplares de esta cabaña brava tlaxcalteca.
BANQUETE DE TOREO
Ambos diestros lograron un importante acoplamiento tanto con las becerras como los novillos-toros. Cada uno en su tauromaquia respectiva. Cabe señalar que en la intimidad del campo bravo, los matadores aprovechan los tentaderos para afinar detalles y mejorar su técnica; mientras que los ganaderos llevan las anotaciones con todo detalle en su “libro de tientas”.
Una tradición que permanece hasta nuestros días y que comenzó en el siglo XIX en esta región. Gerardo Rivera demostró su oficio, estuvo esforzado y dejó ver el buen momento por el que pasa. Mismo que logró recientemente en la segunda corrida de la feria de su natal Apizaco tras cortar una oreja. Gerardo es un joven matador que tomó la alternativa en la pasada feria de la capital tlaxcalteca saliendo a hombros de la plaza Jorge Aguilar “El Ranchero” después de una intensa campaña por ruedos europeos como novillero.
Por su parte, el español Marcos pudo constatar la diferencia entre la embestida del ganado bravo mexicano y el español. El novillero expresó : “Estoy muy contento con este mi primer encuentro con la bravura mexicana, me fui sintiendo mejor y entiendo más entre cada vaca. El novillo-toro me dejó ver esa cualidad que tiene el toro mexicano de la embestida larga y su repetición”, apuntó.
Los ganaderos de Rancho Seco, no pierden ese sello de seriedad y exigencia en la selección de su ganado. Producto de este esfuerzo fue la recién concluida feria taurina de Apizaco, cuando enviaron un encierro muy rematado en presentación y con muchas posibilidades para disfrutar el toreo. Tanto, que el matador Sergio Flores cortó tres orejas y el público reconoció la calidad de los ejemplares de esta casa ganadera.
