Tecali de Herrera, Pue. Enclavada en el municipio poblano de Tecali de Herrera, abrió sus puertas la ganadería de El Rocío que dirige José Manuel Fernández Castañeda para compartir las labores de alimentación y cuidados al rededor del toro bravo. Se sabe que el espectáculo taurino tiene su aportación a las tradiciones, cultura, arte y economía; pero el toro, para llegar a una plaza y ser el protagonista del espectáculo, necesita de excelentes condiciones de alimentación y salud. Como un atleta de alto rendimiento.
Hay que decir que el toro bravo se reproduce en el campo de manera libre conservando espacios de ecosistema como ninguna otra especie lo hace al servicio del hombre. Se estima que existen 262 ganaderías de bravo en México. Y se calcula que cada ganadería tiene en promedio 649 hectáreas. En total en México hay 170, 000 hectáreas dedicadas al toro de lidia, de acuerdo con SAGARPA.
ALIMENTACIÓN Y CUIDADOS
“El toro es un animal rumiante. Entre ellos están los bovinos y caprinos. Todos ellos consumen diariamente el 3% de su peso. Ese tres por ciento está compuesto por dos partes de pastura por una de alimento, cuando se trata de alimento seco. Cuando se trata de alimento húmedo, es el 10% de su peso. Es decir, si un animal pesa 100 kilos, deberá comerse 10 kilos.
Recordemos que ese alimento lleva un 70% líquido (agua)” nos comparte el ganadero Manuel Fernández. Quien subraya “el animal (toro de lidia) debe tener una muy buena alimentación que debe de ser dentro del 14 y 18% de proteína más los carbohidratos y minerales que son especiales para el ganado. No para cualquiera, las sales minerales que se le dan al toro son exclusivas”.
El ganadero Manuel Fernández comenta mientras ayuda a sus trabajadores en el corte de pastura (un pasto africano con estupendos resultados para sus ejemplares): “La Universidad de Madrid dice que la bravura del toro también entra por el hocico”.
TOROS QUE SE CAEN EN LA PLAZA
“Esta universidad encontró -continúa- que los toros se caen en la plaza por tres causas. Primera, el padre o la madre ya traen ese gen de caída y hay que eliminar a uno de estos del hato. Segunda la parasitosis. Puede estar gordo el animal pero no va a tener fuerza si no está desparasitado adecuadamente. Y finalmente la comida. Ahí debemos reflexionar cómo estamos alimentando a nuestro ganado. Si solamente damos carbohidratos, el animal tendrá gordura pero nada de fuerza. Ahora si le damos pura proteína no va a engordar. De ahí la importancia de una mezcla adecuada y totalmente natural”.
CARNE DE EXCELENTE CALIDAD
“La carne de toro bravo sí se come y claro que es de excelente calidad. El toro de lidia tiene una alimentación balanceada y buena. Muy distinta al toro de engorda pues a éste último le llegan a dar clenbuterol que envenena al ganado, pollinaza (que es excremento de gallina) y “cerdaza” deshecho de cerdo todo ello da volumen pero no calidad en la carne”.
“en cuanto al sabor de la carne te puedo decir: en Madrid hay restauranteros que hacen fila para comprar los rabos de los toros de la corrida. La verdad es que la carne de toro bravo es una delicia”, remató. Se sabe que en México, el valor total de la carne de toro de lidia y novillos bravos de calidad “prime” por su sistema natural de engorda por ser producto de espectáculo taurino se estima en 33 millones 300 mil pesos anuales.
Sin embargo, ser criador de reses bravas conlleva un esfuerzo importante. La principal ocupación de los ganaderos es el comportamiento de sus ejemplares en las plazas durante la lidia. Por lo que, los cuidados van más allá de una alimentación balanceada. Atenciones médicas, investigaciones e inversión de tiempo. Es decir, esta actividad son de las llamadas “por amor al arte”.
Una vez concluidas las labores de campo, el ganadero Manuel Fernández ofreció los alimentos a su caporal Óscar Morales y vaqueros Alejandro Núñez, Sergio Morales y Benjamín Morales para pasar la tarde entre anécdotas y la revisión de pendientes previo al final del día. La ganadería poblana de El Rocío tiene una corrida muy rematada y lista para cuando le salgan veedores de las ferias taurinas del país.
