Segunda corrida del 30 aniversario de la plaza de toros El Relicario Joselito Huerta. Noche fría y buen ambiente en los tendidos. Primera corrida Goyesca en la historia de este inmueble. Rafael Gil Rafaelillo una oreja a cada toro y salida en hombros.
Edgar García El Dandy palmas en su lote. Curro Plaza quien tomó la alternativa, salida al tercio en el toro de la ceremonia y palmas con el cierra plaza. Se lidiaron ejemplares de Guanamé bien presentados y que se prestaron para el lucimiento destacando el primero por su nobleza y calidad.
RAFAELILLO CONQUISTA PUEBLA
El ambiente taurino poblano se remontó a finales del siglo XVIII para recordar a quien se considera el primer pintor moderno, Francisco de Goya. De él se desprenden el impresionismo y el expresionismo sin embargo en Zaragoza, su tierra natal, Goya vivió a profundidad la fiesta de los toros.
Ataviados a la usanza antigua goyesca los toreros hicieron el tradicional paseillo para después cada uno mostrar su respectiva tauromaquia. Rafael Gil Rafaelillo conquistó Puebla. Dictó cátedra de matar a sus toros en cámara lenta y regaló tandas con hondura y en los medios. Con ambos ejemplares de Guanamé, Rafaelillo tuvo la condición física que le exigieron sus toros y logró conectar con el público que se dio cita en los tendidos. Su segundo ejemplar lo brindó a los medios de comunicación en quienes reconoció el apoyo brindado en su trayectoria. Tras caer el segundo de su lote dio la vuelta con representantes de medios de comunicación y el ganadero.
ÉDGAR GARCÍA EL DANDY
Clase y elegancia mostró el matador colombiano Edgar García El Dandy. Impecablemente vestido, se abrió de capa de inmediato con sus toros. Hizo gala de brega suave y aseada. En la pica cuidó a los bravos que le tocaron en suerte. Su primer toro lo brindó al empresario Pedro Haces quien ha mostrado constancia en festejos taurinos para Puebla. El Dandy estuvo esforzado aunque no logró el acomodo del todo con sus toros.
LA CONQUISTA DE UN SUEÑO: CURRO PLAZA
Curro Plaza cristalizó en realidad el sueño de hacerse matador. Fue con el toro “Cumple Sueños” número 45 con 500 kilos en los lomos. Un torero lleno de romance, mártir de la legua nunca hizo a un lado la ilusión de ser matador. Con su primer toro logró verónica de sentimiento, llevando muy prendido al de Guanamé en los vuelos del percal. Después del abrazo y de brindar a la empresa, Curro plaza dejó muletazos por la diestra que evocaron las épocas de Luis Procuna o Silverio.
Tras el pinchazo y la estocada vino la salida al tercio donde escuchó la sonora ovación.
Con su segundo estuvo esforzado, logrando muletazos por ambos lados con calado pero sin lograr redondear la faena. Por lo que todo quedó en palmas.
Al término del festejo, el matador Rafaelillo salió en hombros de la plaza.