El Gobierno del Estado de Puebla adquirió un horno crematorio para el panteón “La Piedad” con el objetivo de cubrir la alta demanda que se originó por la pandemia de Covid-19, sin embargo, fue comprado por un costo tres veces mayor al real, además de ser adquirido con un proveedor dedicado a la venta de productos para mascotas.
De acuerdo con la revista Proceso y e-Consulta, durante el 2020 la administración encabezada por Luis Miguel Barbosa Huerta, compró dicho equipo por un monto de 2.99 millones de pesos a través de la empresa Edificaciones, Mantenimiento y Transportes para la Construcción Ecoprojet SA. de CV.
El medio digital puntualizó que la empresa Ecoprojet, fue el intermediario para la compra horno crematorio a Sociedad Humanista San Miguel S.A. de C.V, empresa fabricante, cuyo domicilio se encuentra ubicado en Guanajuato, sin embargo, esta empresa es especialista en incineradores para animales.
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Destacó que se realizó una cotización por un incinerador con las mismas características a través del sitio web de Sociedad Humanista San Miguel, posteriormente la empresa envió una cotización de 800 mil pesos, en donde se contempla el costo de traslado, instalación con obra civil y capacitación para el personal operativo.
“La cotización entregada a e-consulta representa una diferencia de 275% con el precio al que el gobierno estatal lo adquirió, lo cual equivale a 2 millones 199 mil pesos más del costo avalado por el director de Bienes Muebles e Inmuebles, Igor Emilio Ferrer Acuña”, afirma la publicación.
De igual forma, el medio apunta que el equipo fue adquirido por adjudicación directa bajo el argumento de que era urgente atender la demanda generada por la pandemia por Covid-19, además de buscar darle a la población un costo accesible frente a los servicios que prestan las funerarias particulares.
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Pese a ello, al solicitar precios en las oficinas del cementerio, el medio de comunicación encontró que el cobro fijado por incineración para víctimas de coronavirus es de 8 mil 200 pesos.
La investigación de este medio incluyó incluso fotografías, pues también dejaron en evidencia las condiciones de deterioro en las que se encuentra el equipo adquirido a tan sólo seis meses de comenzar su funcionamiento.
Finalmente añadieron las opiniones de clientes de dicho fabricante sobre el uso que le dan para incinerar animales, pues en los casos de usos para humanos encontró compradores que destacan la mala calidad de los aparatos.
