Arturo Aguilar Ochoa se vuelve pieza importante en la representación histórica

Las fotografías tienen una historia que contar, desde dar a conocer a un personaje público hasta construir una identidad nacional.

Para el doctor Arturo Aguilar Ochoa, académico de la BUAP y ganador de la Presea Estatal de Ciencia y Tecnología “Luis Rivera Terrazas” 2017, en la modalidad de Ciencia Básica, que otorga el H. Congreso del Estado de Puebla y la SEP estatal, a través del Consejo de Ciencia y Tecnología del Estado de Puebla (Concytep), cada imagen nos enseña cómo hemos sido a lo largo del tiempo.

Arturo Aguilar Ochoa, doctor en Historia del Arte por la UNAM, es nivel II del Sistema Nacional de Investigadores. Autor de los libros La Fotografía durante el Imperio de Maximiliano 1864-1867, su tesis de licenciatura publicada por el Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM, su alma mater; así como de Las Glorias Nacionales, obra a cargo del Colegio de Puebla y la BUAP.

El académico originario de Tierra Blanca, Veracruz, también ha sido merecedor de las becas para Hispanistas en el año 2000 y de la beca de Intercambio Académico alemán en 2005. Su especialidad es la historia de la fotografía y litografía mexicana, durante la primera mitad del siglo XIX.

También trabaja sobre los artistas viajeros en México en este periodo, como Kart Nebel y Pedro Gualdi, de quienes ha escrito artículos. Recientemente estudió al pintor francés, Petros Pharamond Blanchard, quien visitó el país en 1838, durante la primera intervención francesa por órdenes del rey Luis Felipe de Orleáns. - ¿Cómo veían los extranjeros al país en esa época? - Para el periodo romántico representaba un mundo lejano y a la vez interesante.

Lleno de personas, que para algunos europeos, vivían en una etapa primitiva, de atraso, en un estado salvaje. Nos veían como un pueblo exótico, tropical, pintoresco, con atuendos fuera de los patrones establecidos. Por eso el país resultaba atractivo.

Para analizar las imágenes, indica, el historiador debe preguntarse quién la hizo, para qué, cuánto costaba, quiénes las compraban y cuál era su mensaje, para así entender la intención con la que fue tomada en aquel momento.   Recuerdos llenos de imágenes Su amor hacia la Historia nació de los relatos vivenciales de su abuela materna, quien vivió parte del Porfiriato y la Revolución Mexicana. Una época de prosperidad, paz y orden, a la que le decían los perros se amarraban con longaniza, la cual tuvo cambios radicales que marcaron su visión de entender el mundo.

La paz y el caos se entrelazan con las aventuras de Porfirio Díaz, a quien su abuela -por azares del destino- despidió en el puerto de Veracruz cuando partió rumbo a París.

Más tarde, las anécdotas se complementaron con películas emblemáticas de la época de oro del cine nacional, por ejemplo México de mis recuerdos, ¡Ay, qué tiempos, señor don Simón!, El compadre Mendoza, Vámonos con Pancho Villa y Enamorada, entre otras cintas que alentaron la llama de su vocación. Sus padres no estuvieron de acuerdo, porque no le auguraban futuro, preferían que fuese contador -recuerda

. Su decisión fue firme y hoy es docente en el posgrado de Historia del Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades “Alfonso Vélez Pliego” y en la Escuela de Artes Plásticas y Audiovisuales de la BUAP. Desde pequeño, el doctor Aguilar Ochoa se trasladó a la Ciudad de México, donde cursó toda su educación.

En la búsqueda de una carrera docente, hace 17 años, Puebla se cruzó en su camino y se convirtió en su objeto de estudio.

El académico del ICSyH considera a la metrópoli poblana como la más importante durante la Intervención Francesa y el Segundo Imperio Mexicano, ya que fue escenario de diferentes acontecimientos históricos: la Batalla del 5 de Mayo, el Sitio de Puebla en 1863, la llegada de los emperadores Maximiliano y Carlota en 1865, el triunfo de la República en 1867 y en ese mismo año la Batalla del 2 de Abril, encabezada por el entonces general Porfirio Díaz; incluso fue una ciudad protagónica en los inicios de la Revolución Mexicana.

Uno de sus proyectos, comenta el historiador, es montar una exposición de pinturas y fotografías sobre la participación de la ciudad de Puebla en este periodo histórico, la Intervención Francesa y el Segundo Imperio Mexicano. Asimismo, actualmente se encuentra realizando un libro sobre la vida cotidiana en el país durante el periodo de Maximiliano de Habsburgo.

La entrega de la Presea Estatal de Ciencia y Tecnología “Luis Rivera Terrazas” 2017 al doctor Arturo Aguilar Ochoa es un reconocimiento a su trayectoria profesional. “Es una satisfacción y a la vez un compromiso con la investigación, pues me obliga a realizarla con mayor rigor académico. También es un reconocimiento a la Universidad, la cual me ha brindado las herramientas para desarrollar mis investigaciones, espacio, apoyo y recursos para continuar publicando sobre la historia de México”, puntualizó.

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