En la educación integral que la BUAP brinda a sus estudiantes es esencial el desarrollo de competencias y habilidades, como agentes de transformación de su entorno, a partir del respeto a los valores y las manifestaciones estéticas que reflejan la cultura.
De aquí la relevancia de la firma de un convenio general con la Academia Europea de Florencia, una institución de cursos únicos en artes, con programas certificados en música, ópera, danza, dibujo y pintura, señaló el Rector Alfonso Esparza Ortiz durante el acto protocolario.
“Tradicionalmente las instituciones educativas velan por el desarrollo de la ciencia; sin embargo, la cultura y las artes abonan a nuestra calidad como seres humanos”, expresó el Rector de la BUAP en el Paraninfo del Edificio Carolino, donde compartió el estrado con el presidente de la Academia Europea de Florencia, Aloisio Sotero, y otros representantes de esta institución italiana fundada en 2005.
Al referirse al citado acuerdo -que establece acciones conjuntas de cooperación, entre las que se incluyen publicaciones y participación de docentes en conferencias, seminarios y encuentros, para fortalecer su perfil académico-, Esparza Ortiz destacó que la Academia Europea de Florencia tendrá una oficina en la BUAP que funcionará como un centro de operaciones para México y América Latina, y desde la cual difundirá sus actividades.
Además, los estudiantes de la BUAP que realicen estudios en la Academia Europea de Florencia no pagarán matrícula; y, a través de convenios específicos derivados del suscrito, la comunidad universitaria tendrá acceso a programas de actualización en artes y humanidades, “dos campos de conocimiento que deben tener un peso específico en la formación de estudiantes de cualquier licenciatura”.
Tras extender su reconocimiento al doctor Aloisio Sotero, el Rector Alfonso Esparza refirió: “Florencia es una ciudad italiana que posee un acervo cultural, arquitectónico y artístico que la define como una de las más representativas del Renacimiento; mientras que Puebla es dueña de un invaluable patrimonio histórico colonial, de modo que en ambas se valora la importancia de comprender el pasado y traducirlo al mundo contemporáneo; de transformar el aprendizaje, el conocimiento y la experiencia, en instrumentos para construir el futuro”.
