Rumor Sin Fronteras | Soy federalista y mi raíz es campesina: Beatriz Paredes

No fue entrevista.
Tampoco se buscó “la exclusiva”.
Ni la nota de “8 columnas”.
Fue una charla, una plática corta, pero a la vez larga en contenido y sustancial del lado humano, de la mujer de carne y hueso que amó intensamente a su madre, la que tuvo este tecleador y Carlos Castillo Rosas -directivos de Foro 21- con la Senadora de la República, Beatriz Paredes Rangel.
“Hablemos de la Nina”, el libro que escribió-dedicó Beatriz a su madre, doña Bertha Rangel, donde plasma a una mujer guerrera que ni un infarto cerebral la dobló, que logró salir avante ante la adversidad, soledad e infortunio, para sacar adelante a sus hijos Alejandro y Beatriz.
Estuvo en Puebla el pasado fin de semana dentro del recorrido que está teniendo por el territorio nacional en busca de obtener el consenso ciudadano para ser la abanderada del PRI, en alianza con PAN-PRD, a la Presidencia de México para los comicios de junio 2024.
Ella, un animal político, que desde adolecente sobresalió por su oratoria, por su enraizado amor por la tierra y el campesinado.
Mujer de avanzada de centro-izquierda y de firmes convicciones que la llevaron a ser Diputada Local cuando tenía 21 años de edad, y cuyo tutor político fue don Emilio Sánchez Piedras, ex gobernador de Tlaxcala.
El camino siempre impredecible de triunfos y derrotas de la política –más para la mujer- la llevaron a forjar su propio derrotero.
Tropiezos y caídas, hieles y mieles, llanto y alegría, éxitos y derrotas la han forjado durante casi 50 años.
A los 36 años, Beatriz Paredes logró lo que parecía un sueño, una ilusión, una quimera… gobernar Tlaxcala -1987/1992-, una entidad machista; y con ello pasar a la historia por ser la segunda mujer gobernadora en toda la República Mexicana, la primera fue Griselda Álvarez Ponce de León en Colima -1979/1985-
Ambas iniciaron el empoderamiento de la mujer en los 90, lo que derivó 38 años después a que el País tenga 9 mujeres mandatarias, una Presidenta de la Suprema Corte de Justicia, paridad de género en el ámbito legislativo y de candidaturas.
Pero esa es otra historia.
Porque -ayer y hoy-, la historia la ha escrito y sigue escribiendo Paredes Rangel.
No se quedó con la corona de mandataria.
Alcanzó la dirigencia de la CNC –Confederación Nacional Campesina-, la Presidencia del Partido Revolucionario Institucional, Embajadora de México en Cuba y Brasil, legisladora del Congreso de la Unión y de Tlaxcala durante siete periodos.
Contendió dos veces por la jefatura de Gobierno de la Ciudad de México en condiciones adversas, pero con la misión de coadyuvar al escenario político-electoral del País y de su partido el Revolucionario Institucional.
“Fue un riesgo calculado”, acota.
-Porque-, la Ciudad de México es la plaza más difícil de la nación; pese a ello, obtuve el voto más alto para un candidato a jefe de Gobierno, señala con orgullo.
 
NO HAY LENGUAJE
QUE ME SEA AJENO
 
Claro que estamos hoy ante un panorama electoral difícil, complejo, por lo que debemos coadyuvar a ser competitivos.
Conozco la problemática del País. La conozco a profundidad, su composición social. Mi origen es rural. Vengo de un mundo campesino, de regiones indígenas.
-Dice-, he transitado por el sector agropecuario, de migrantes, universitario, educativo, legislativo, partidista, servicio exterior. Ello me ha permitido tener acceso a la interlocución con todos los gremios, cámaras y sectores.
Sencillamente… “no hay lenguaje que me sea ajeno”.
 
SOY FEDERALISTA…
 
Franca y directa. Observadora y calculadora.
Medita cada pregunta.
Mira fijamente a su interlocutor al comentar: “agradezco su caballerosidad y aprecio su manejo del castellano; además, “Puebla siempre me ha tratado bien”, somos estados vecinos.
Con hojas y pluma en la mesa. Un plato con manzana en gajos. Y una botella con agua, la Senadora extiende su mano al recibir a este espacio después de la presentación que hace Jaime Alcántara Silva.
No hay la menor duda que en los últimos años vivimos un centralismo al que debemos combatir, por lo que el federalismo debe resurgir, puesto que es el eje de libertades y desarrollo.
“Se tiene que revitalizar el federalismo, es crucial hacerlo. Es el imperio de la legalidad, del Estado de Derecho, de la paz social”.
Lo digo, porque sé de lo que hablo, porque “soy una mujer federalista”.
 
“HABLEMOS DE LA NINA…”
 
El tiempo de la entrevista había concluido y se tenía que salir para el ingreso del siguiente medio de comunicación.
Más se veía a una Beatriz a gusto con la charla -que no entrevista-, sobre todo cuando se le cita el libro “Hablemos de la Nina” que dedicó a su señora madre Bertha Rangel.
Dibuja amplia sonrisa en su rostro. Suelta la pluma. Cruza las manos. Eleva sus ojos y suelta:
México es un país donde la mujer tiene amplia participación, no de hoy, de siempre. Puebla es quinto estado de migrantes en Estados Unidos y
la mujer se queda al frente del hogar, de la familia.
La mujer no se rinde. La mujer es fuerte. Es de fortaleza y resistencia.
“Mi madre fue mi ejemplo de fuerza y fortaleza. Supo sobreponerse y me enseñó a no declinar, porque ella pese a las severas adversidades que enfrentó… nunca se rindió”.
“Fue y es mi luz y guía. Mi bandera y fortaleza”.
Ahí quedan las dos facetas, las dos caras, interna
y externa, de Beatriz Paredes Rangel.
El rostro de la mujer política, el animal político, la que dio el saltó al escenario nacional con apenas 21 años y arribar a los 36 años mandató a su querida y entrañable Tlaxcala.
Hoy busca la Presidencia de México en base al bagaje de su andar por 50 años en la política gubernamental, social, partidista y legislativa.
Ningún lenguaje le es ajeno, mujer de acendrado federalismo y orgullosa de su raíz campesina.
Amén de ser una mujer guerrera, como lo fue su madre Nina.
¿Le alcanzará el tiempo?
Al tiempo.
Puebla de zaragoza °C
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