En política no existen casualidades, ni sorpresas, sino sorprendidos.
Por lo que es válido el cuestionamiento: ¿también en crímenes de políticos y periodistas no hay casualidades, ni sorpresas, sino sorprendidos?
¿Tendrá validez el apunte?
Quizás sí.
Quizás no.
O todo lo contrario.
Lo cierto es que este martes fue asesinado –a 3 días de la vista a Puebla de la aspirante presidencial Claudia Sheinbaum- en Tehuacán Marco Aurelio Ramírez Hernández, quien durante más de 40 años ejerció el periodismo en su tierra, al igual que en Ciudad Serdán y fue corresponsal de El Sol de Puebla, El Heraldo de México, Radio Oro.
Y tenía una participación diaria en la estación de radio Stereo Luz FM.
Heredó el periodismo de su padre José Ramírez Bravo, fundador del periódico El Cuarto Poder, uno de los primeros medios en Tehuacán, al igual que su hermana Rosario Ramírez, corresponsal de Televisa Puebla.
Marco Aurelio fue un apasionado reportero de la nota roja.
Autor de reportajes de fondo que tuvieron alcance nacional e internacional.
Uno de ellos lo encumbró.
Documentó –corría 1986- casos de pederastia del sacerdote Nicolás Aguilar Rivera en Tehuacán.
Información que derivó dejar al descubierto la violación de que fueron objeto más de 80 menores de edad en el Seminario Regional del Sureste –SERESURE-, con sede en Tehuacán, como en Los Ángeles, California, donde fue trasladado.
SILENCIO DEL GOBERNADOR
SALOMÓN CÉSPEDES
Llama la atención el silencio del gobernador Sergio Salomón Céspedes Peregrina ante el crimen del periodista Marco Aurelio Ramírez.
El área de Comunicación Social del Gobierno prefirió difundir el encuentro del mandatario con la ex presidenta municipal, Claudia Rivera Vivanco.
Porque, guste o no, su administración ya carga el ataúd de un comunicador.
Además, el crimen se dio en la tierra de los Barbosa Huerta-Huerta Gómez.
Y Julio Miguel Huerta Gómez, primo hermano de Barbosa, es el Secretario de Gobernación y coordinador de la pre campaña de Claudia Sheinbaum Pardo en Puebla.
También guarda silencio el Fiscal General del Estado, -sinaloense- Gilberto Higuera Bernal.
Al igual que el Secretario de Seguridad Pública del Estado, -defeño- Daniel Iván Cruz Luna.
Ninguno de ellos ha dado declaración alguna.
Hermetismo que lleva al sospechosismo.
Mejor el Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, en su mañanera de ayer al ser cuestionado por los reporteros sobre el asesinato del periodista poblano, dijo “que ya se investiga” y que tuvo comunicación con el mandatario Céspedes Peregrina.
Vale el apunte.
Este tecleador conoció al principio de los 80 al –entonces- joven Marco Aurelio, a su hermana Rosario y a su señor padre José Ramírez.
Don Alfonso Neri Castaneira, director de El Sol de Puebla, mandó a fundar El Sol de Tehuacán a los reporteros Gabriel Rosas, Mateo Flores y a quien esto escribe.
La familia Ramírez fue parte esencial para conocer la vida política y empresarial de Tehuacán.
El restaurante La Lonja, El Hotel México y la decadente industria refresquera Peñafiel.
Figuras claves eran doña Socorrito Romero y don Amador Hernández.
En la imprenta del maestro José Ramírez se llevaron a cabo largas tertulias, llenas de leyendas y vivencias de los actores de Tehuacán.
Este martes fue ejecutado de cinco tiros el periodista Marco Aurelio Ramírez.
Y el Estado guarda silencio.
¿Por qué?
Al tiempo.
