Veleidades y fantasías de políticos, dirigentes y de quienes dicen, piensan y creen ser políticos, hechos y derechos.
Unos al acostarse lo hacen con la piyama del PRI.
Y al despertar se alistan para iniciar su actividad del día con ropaje de Morena.
Otros, ayer se “casaron” con el Revolucionario Institucional, pero en la ola obradorista del 2018 se percataron que habían equivocado el camino y decidieron “enterrar” su “ideología” tricolor.
Hoy, juran y perjuran su “lealtad” al Movimiento de Regeneración Nacional.
Y su “Dios” es Andrés Manuel López Obrador.
Solo que en su pasado reciente su “deidad” era Enrique Peña Nieto.
Pero…
Muerto el Rey… ¡Viva el Rey!
En Puebla así aconteció con los vítores al bartlismo.
Después al melquiadismo.
Continuó con el marinismo.
Prosiguió el morenovallismo.
Siguió el galismo.
Arribó la era barbosista.
Hoy la moda es el cepedismo.
Total, la ideología va acorde con el partido gobernante.
Y la lealtad es con los intereses, no con el partido, menos con el mandatario en turno.
Leobardo Soto Martínez, dirigente de la FTP-CTM, hacía pública su admiración y respeto por el gobernador Mario Marín Torres, más al arribar Rafael Moreno Valle Rosas a Casa Puebla no dudó enlistarse a las filas del neo panismo morenovallista.
Y a partir del 2019, se cuadró ante el mandatario Luis Miguel Gerónimo Barbosa Huerta, lo que derivó conocer al primo hermano Julio Miguel Huerta Gómez, trabar amistad, y complicidades, pues el ex Director General de Gobierno, y posterior titular de Gobernación, le abrió los canales para obtención de contratos de obra.
Con el “espejito” del voto corporativo de los trabajadores cetemistas –que antaño tuvo auge y hoy “descansa en paz”- , cautivó a Julio Huerta, aspirante al gobierno.
Empoderado desde 2005 en la dirigencia de la CTM en Puebla, Leobardo Soto fue cambiando de piel política-partidista: nació, creció y desarrolló con el tricolor, para cambiar al morenovallismo, mutar al barbosismo y estacionarse en el huertismo.
Total, que importa el PRI.
Y lo tiene sin cuidado lo que diga, exclame o vocifere el “líder” estatal del PRI, Néstor Camarillo.
¿Quién es él para reconvenir al dirigente de la CTM?, dicen que soltó.
¿JULIO CREERÁ QUE GANARÁ CON EL VOTO CETEMISTA?
Lo anterior conlleva implícita la interrogante:
¿Julio Huerta creerá que con el inexistente voto corporativo de los trabajadores cetemistas le servirá de plataforma para ganar la interna de Morena?
¿No habrá alguien en su “cuarto de guerra” que le informe que el voto corporativo de los obreros… “descansa en paz”?
¿Sabrá el aspirante que ya fallecieron Blas Chumacero y Fidel Velázquez?
¿Que la “franquicia” FTP-CTM ya no reditúa votos?
En fin, cada quien con su cada cual.
Porque, social y mediáticamente nada le redituará la “alianza” Julio & Leobardo.
Al contrario, le restará.
Y mucho.
Además, sobre sale la cachaza de Soto Martínez al declarar que “tenía tres años de no sesionar el Consejo”.
“Y que ahora sesionaba para recibir a Julio Huerta y darle el respaldo a su aspiración política”.
Pero más aún la cita en twitter de don Julio:
… “Me sentí muy contento de saber que es la primera vez que sesionan desde hace más de tres años y que lo hicieron para recibirme”.
… “Escuché con claridad que la CTM está con nuestro proyecto de unidad y les digo con profunda gratitud, estamos con ustedes y cada uno de los y las trabajadoras de Puebla”.
No hay la menor duda, “tal para cual”.
¿Habrá quién le escriba a “julio regalado”.
Al tiempo
