Rumor Sin Fronteras | La “Leyenda Negra” de Antorcha Campesina… 50 años después

Huitzilan de Serdán, la derrota de los caciques, del escritor Alejandro Envila Fisher
Desgarrador relato que revela muerte, destrucción y exterminio de un pueblo indígena noble, sojuzgado y crucificado por la tiranía de dos familias empotradas en férreo y ancestral cacicazgo: Los Aco y Los Bonilla, que detonó en 1978 por el predio de 15 hectáreas TALCUACO, que llevó al ingreso de La Unión Campesina Independiente –UCI- a esa inhóspita región de la Sierra Norte.
Guerra entre caciques por el control y manejo de la población –de mil habitantes-, que fue dejando una estela de más de 150 asesinatos de huitziltecos a manos de la UCI, pero que a través del aparato gubernamental, y medios periodísticos afines, de esa época, fueron endosados a Antorcha Campesina.
Y es cuando empieza a escribirse, a trascender y ventilarse la “Leyenda Negra de Antorcha Campesina”.
Mito –que sus creadores- se encargaron de concatenar de Tecomatlán a Huitzilan de Serdán.
De Huitzilan de Serdán a Tecomatlán.
Quimera que ha transitado durante 40 años a lo largo y ancho del territorio poblano y nacional.
Solo que la misma historia, y transcurrir del tiempo, se ha encargado de sacar la verdad a la luz pública.
Verdad que habla por sí misma.
Antorcha Campesina nació en Tecomatlán en 1974.
Y en Huitzilan vio la luz en 1984 -10 años después-
Nadie, ni el líder antorchista Aquiles Córdova Morán, menos el gobierno y caciques, imaginó, pensó, que Tecomatlán y Huitzilan se hermanarían, pues ambos municipios padecían el mismo cáncer: la explotación de caciques.
Y que hoy, los dos municipios son ejemplo vivo, fehaciente, de cómo un pueblo organizado vence toda adversidad.
Ejemplo que se expande a las colonias del Sur de Puebla Capital, que antaño eran “tierra de nadie”, olvidadas de los servicios básicos: agua, luz, drenaje, escuelas. El gobierno estatal y municipal no los veía, ni escuchaba.
Es la mano de la doctora Soraya Córdova, y el ingeniero Juan Celis, la que acude a su auxilio y respaldo.
Hoy son otra historia y ejemplo nacional.
LA VERDAD DE AQUILES CÓRDOVA
La otra parte reveladora del libro del periodista Alejandro Envila, es el apunte del ingeniero Aquiles Córdova Morán, dirigente nacional de Antorcha Campesina, quien narra, no únicamente el nacimiento de Antorcha, sino su adhesión al PRI y relación con los Presidentes de México, de Luis Echeverría a Andrés Manuel López Obrador; y de los gobernadores de Puebla, de Guillermo Jiménez Morales a Miguel Barbosa Huerta.
Tecomatlán, fue zona zapatista y a pesar de ello no estuvo exenta de caciques.
Y al organizar a la gente, su reacción fue virulenta, sanguinaria y con muertes: Clara Córdova –hermana de Aquiles-, su cuñado Gabriel Hernández y el sobrino Edgardo Campos.
Fueron integrantes del Partido Comunista Mexicano –PCM-, quienes idearon y propalaron la difusión de “La Leyenda Negra de Antorcha Campesina” en 1974, cuando Antorcha estaba totalmente alejada del PRI, dado que su incorporación fue en 1987.
Eran los tiempos de la apertura política impulsada por José López Portillo y Jesús Reyes Heroles.
A la par se alimentaba la “Leyenda Negra…”, que a la fecha subsiste en varios sectores de la opinión pública.
Su objetivo era aniquilar a la naciente organización social para impedir que se asentara y desarrollara.
En 2023, 49 años después –o bien, 2024, 50 años después-, la “Leyenda Negra de Antorcha Campesina”… continua siendo la misma.
En Tecomatlán –como en Huitzilan-, los antorchistas derrotaron el cacicazgo contra lo que dice la “Leyenda Negra”, destacando que el triunfo antorchista se logró sin armas, balazos ni muertes.
Fue una batalla democrática y legal.
¿Aquiles y su familia, los nuevos caciques?, preguntó Alejandro Envila.
El líder antorchista atajó:
“Ningún miembro de mi familia ha gobernado Tecomatlán. Ni hermanos, primos o sobrinos han dirigido el municipio”.
El cacicazgo de Huitzilan estaba muy ligado a los de Zacapoaxtla, Zapotitlán de Méndez, entre otros de la región.
En Tecomatlán no había lucha por la tierra, porque no había tierra que repartir. Solo hubo un terrateniente, Crescenciano Morales, quien fue expropiado para crear el ejido de Tecomatlán.
En contraste, en Huitzilan la lucha era por la tierra que inició en 1974, la cual no empezó Antorcha, pues en esa fecha estaba naciendo en Tecomatlán; quien abrió fuego fue el movimiento armado, encabezado por La Unión Campesina Independiente.
Eran los años del gobierno de Guillermo Jiménez Morales.
Entre 1982 y 1983, ocho o nueve años después de que la Unión Campesina Independiente llegara a Huitzilan, un grupo de huitziltecos acudieron a pedir ayuda a Antorcha.
Los muertos se contaban por decenas y la comunidad había agotado todas las instancias legales, gubernamentales y políticas para exponer el drama, su drama, como el hecho que los pistoleros de la UCI prohibían a los deudos recoger el cuerpo, debía quedarse en la calle a pudrirse a la vista de todos, como una lección.
(Acción que después fue secundada por la Organización Agrarista Zapatista –OAZI-, que se desprendió de la UCI)
Aquiles Córdova, reconoce y acepta:
“Al saber todo esto, francamente tuvimos miedo. Yo tuve miedo. La Dirección de Antorcha tuvo miedo.
Durante mucho tiempo les dijimos no, nosotros no podemos. En todo caso, los ayudamos a ver al gobernador, ver si podemos lograr hablar con el Presidente de México, para que intervengan y paren esta masacre”.
Finalmente, a petición de ellos, nació el grupo de Antorcha en Huitzilan de Serdán en 1983 y el primer dirigente fue Bartolomé Tadeo Arellano, indígena puro., un héroe civil.
Han pasado 40 años y prosiguen buscando la manera de expulsar al Movimiento Antorchista de Huitzilan.
En determinado momento, Aquiles Córdova le dijo al gobernador Manuel Bartlett –particularmente duro contra el movimiento antorchista-:
¿Por qué no investigan, señor gobernador? ¿Por qué no inician las investigaciones en Huitzilan? A los antorchistas nos interesa una investigación seria para que se deslinden responsabilidades.
Bartlett respondió que lo haría. Lo cierto es que nunca lo hicieron.
Las autoridades no investigan porque no tienen interés en impulsar acciones que acabarían por limpiar el nombre de Antorcha Campesina. Además, dejaría al descubierto que los caciques están detrás de muchos de los asesinatos.
El líder antorchista recordó que Jiménez Morales fue un mandatario particularmente dialogante con los antorchistas. No fue de los gobernadores más feroces, como lo fue Bartlett.
Esta historia, esta leyenda, continuará.
Reveladores pasajes de Aquiles Córdova con Carlos Salinas y Luis Donaldo Colosio, su incorporación al PRI, vía CNC., la “tersa” relación con Vicente Fox y Andrés Manuel López Obrador.
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