Esta noche en la capital tlaxcalteca se espera un encuentro de dinastías donde la afición de la llamada “cuna de la nación” no deberá perderse. Tanto los toreros de a caballo Pablo y Guillermo Hermoso como los mexicanos Diego y Juan Silveti representan mucho para la fiesta taurina mundial.
Pues ambas familias han logrado importantes aportaciones a sus respectivas profesiones. El destino y las dinastías han permitido que en esta ocasión, la empresa que comanda Sergio Hernández Weber, los reúna en la hermosa plaza de toros Jorge Aguilar “El Ranchero” por primera ocasión para este recinto.
Diego Silveti regresa al estado de Tlaxcala después de una muy destacada actuación el pasado 16 de diciembre en el municipio de Huamantla, donde consolidó faenas de altos vuelos con ejemplares de Corlomé, ante el gusto de la afición de aquella entidad. Diego ha sostenido dentro y fuera del territorio nacional una intensa campaña manteniendo la firme convicción de un toreo honesto, valiente y entregado. Como la de su actuación en la plaza de toros México ante ganado de La Joya en la que alternó con el peruano Andrés Roca Rey y el hidrocálido Luis David Adame donde, por fallas con el acero perdió las orejas, pero dejó constancia del momento anímico por el que atraviesa.
GUILLERMO HERMOSO Y JUAN SILVETI
Por su parte, el joven caballista sin alternativa Guillermo Hermoso, hijo de Pablo, sigue triunfando por las plazas que pisa. A pesar de su corta edad, muestra los conocimientos adquiridos de su señor padre y les imprime sello propio a sus actuaciones. Tiene indiscutiblemente parecido con su padre mas no es igual ni es copia. Goza de personalidad y carisma que se suma al perfecto entendimiento con su cuadra. Así que Guillermo puede ser un buen imán para nuevas generaciones de aficionados a la fiesta taurina.
Caso interesante resulta también Juan Silveti, novillero con menudo nombre artístico es el que trae este joven. Evocando épocas del toreo de romance. Juan, hermano de Diego, despierta el interés en el público por saber qué camino podrá tomar en las diversas vertientes que tiene el amplio abanico del toreo. De aroma, reciedumbre, arte, pinturero. Incógnita que será develada en cuanto un toro le permita acomodarse y desplegar su tauromaquia, su voz interior. Juan Silveti va paulatinamente caminando sobre esta difícil profesión, pero con pie firme. Por lo pronto, hoy la puerta de cuadrillas se abrirá a las 8 de la noche.
