El discurso del Presidente Andrés Manuel López Obrador -pasado sábado- en el zócalo capitalino ha derivado en amplios apuntes de analistas, editorialistas, columnistas de medios nacionales, como de políticos y del cuarteto “corcholatero” obradorista, quienes dan diferentes interpretaciones, pero al final coinciden que la sucesión del 2004 ya tiene nombre y apellido.
Y se llama Claudia Sheinbaum Pardo.
La jefa de Gobierno de la Ciudad de México.
Y ella ya se ve habitando Palacio Nacional.
Porque en su larguísimo discurso sabatino el mandatario nacional machacó que “él no repetirá la historia de la sucesión presidencial de 1940, cuando el Lázaro Cárdenas se decantó por un general moderado –el poblano- Manuel Ávila Camacho, quien abandonó el auténtico ideal revolucionario y las acciones en beneficio del pueblo, instalándose la paz de las componendas y la corrupción”.
¡Zas!
Remató AMLO:
“Por eso, nada de zigzaguear. Sigamos anclados en nuestros principios. No a las medias tintas. No aceptaremos nunca que en México se imponga una minoría a costa de la humillación y el empobrecimiento de las mayorías”.
Solo que hay un pequeñísimo dato.
Pascal Beltrán del Río -director de Excélsior- en su columna Bitácora del director, reseña que el historiador Javier Garciadiego Dantán le declaró:
“El discurso del Presidente no tenía que ver tanto la historia como con la ucronía, es decir, el relato de las cosas como a él le hubiera gustado que sucedieran”.
“El Presidente Cárdenas no se equivocó”.
“Tomó una decisión consciente, pues Múgica hubiera sido un mal candidato”.
“Sí, era muy cercano a Lázaro Cárdenas, pero no tenía el apoyo del Ejército, pues, aunque había tenido participación en la Revolución, realmente no era militar. Tampoco tenía el apoyo de la CTM, porque el entonces dirigente de esa central obrera, Vicente Lombardo Toledano, era estalinista y Múgica había promovido recibir en México a León Trostsky”.
-Además-, “la iglesia lo veía mal, pues lo consideraba responsable de los artículos tercero y 130 de la Constitución. Tampoco lo aceptaba Estados Unidos, pues este país, ante el estallido de la Segunda Guerra Mundial, quería una frontera segura, con un Presidente de México que controlara al Ejército y a la clase política.
Asimismo, el empresariado lo rechazaba por su papel en la redacción de la Ley de Expropiación”.
En cambio –sostuvo Garciadiego-, “Ávila Camacho era un buen candidato, tenía el apoyo de todos esos sectores y poderes fácticos. También tenía el apoyo de Cárdenas, con quien venía desde hacía 20 años”.
Respecto de “si la postulación del poblano se debió a presiones de la derecha”, como aseguró López Obrador el sábado, el historiador disiente:
“En esos tiempos no había oposición al PARM (partido del gobierno, antecesor del PRI) El PAN nació en septiembre de 1939 y, para entonces, Múgica ya había declinado sus aspiraciones (lo hizo en un discurso que pronunció el 14 de julio de ese año)”.
“No creo que Cárdenas haya tomado una decisión con base en una derecha inexistente”, puntualizó Javier Garciadiego.
EBRARD CON 39.5% DE ACEPTACIÓN,
SHEINBAUM EL 33.7% Y ADÁN
AUGUSTO TIENE 14.2%
Casualmente Publimetro –medio nacional-, en alianza con la firma Rubrum, medirá mensualmente la popularidad de los presidenciables y en su primera encuesta de marzo con la pregunta ¿Quién cree que debe ser el candidato de Morena a la Presidencia de la República?, arrojó:
Marcelo Ebrard… 39.5 por ciento de aceptación.
Claudia Sheinbaum… 33.7 por ciento de aceptación.
Adán Augusto López… 14.2 por ciento de aceptación.
Ricardo Monreal… 12.6 por ciento de aceptación.
Casualmente, el pasado lunes, Marcelo Ebrard Casaubom, Secretario de Relaciones Exteriores, presentó en Palacio de Minería su libro “El Camino de México”, donde afirmó “que va por las clases medias, a quienes les lanzó un guiño… siempre han sido importantes”.
“Y quiere ser reconocido por profundizar el legado de Andrés Manuel López Obrador, mediante una cuarta transformación recargada: ‘La 4T 2.0’, la cual asegura será la ‘Década Dorada’ para México del 2024 al 2034”.
Y como si estuviera en Palacio Nacional, pero desde el Palacio de Minería, en entrevista con el periodista Víctor Hugo Michel de Milenio lanzó:
“Tienes que estar entrenado para esto, lo he hecho toda mi vida, desde el sismo del 85 hasta conseguir vacunas anticovid o defender al país de los Estados Unidos”.
“Cuando sucedí a AMLO en la CDMX consolidamos el programa de adultos mayores, el Metrobús y la tasa de inversiones fue creciente”.
“Veo una descortesía extrema de Mario Delgado en no hablarle a quienes vamos a participar, para ver si estamos de acuerdo en las fechas del proceso”.
Lo anterior lleva a obligada interrogante:
¿Y si Seheinbaum es Múgica, y Ebrard el Ávila Camacho de la sucesión Presidencial del 2024?
¿La historia sucesoria de Lázaro Cárdenas en 1940 se repetirá 83 años después con López Obrador?
Al tiempo.
