En la vida, como en el trabajo, lo que siembras… cosechas.
Y no se trata de una cita cursi.
Pero es real.
Si siembras rosas, cosecharás rosas.
Si siembras espinas, cosecharás espinas.
Punto.
Es el caso de Verónica Vélez Macuil, quien gracias a su maestro y amigo, Fermín Alejandro García, subdirector de La Jornada de Oriente –y autor de la columna Cuitlatlán- el entonces Senador de la República, Luis Miguel Gerónimo Barbosa Huerta, la aceptó para que fuera “enlace de medios” en Puebla en su aspiración por obtener la candidatura al Gobierno de Puebla.
Luis Miguel Gerónimo y Fermín Alejandro, se conocieron en los 90 cuando el primero asumió la dirigencia estatal del PRD y el segundo cubría la fuente política.
Corrieron los años y la relación político-periodista saltó a trabar fraterna amistad.
Misma que se fue consolidando cuando Barbosa Huerta llegó en el 2000 a la Cámara de Diputados y en el 2012 en su arribo al Senado de la República.
De ahí, que en 2017, al tener el “vo.bo” de Andrés Manuel López Obrador, Luis Miguel le pide a su brother –y confidente- Fermín Alejandro que sea su jefe de prensa, que lo ayude, pues su oportunidad de ser candidato y gobernador de Puebla había llegado.
El periodista le responde que ese cargo “no está hecho para él”. Que, desde luego, lo apoyaría en
su objetivo, que pondría su grano de arena, etc, etc.
“Te entiendo y lo entiendo”, Fermín.
Entonces, recomiéndame a una persona de tu absoluta confianza, le dice el Senador.
Y Fermín Alejandro lleva al Senado a su alumna y amiga Verónica Vélez.
Y Barbosa la acepta.
Barbosa Huerta es el candidato para la elección de junio 2018 y Vélez Macuil es la jefa de prensa.
Barbosa pierde y la panista Martha Érika Alonso Hidalgo asume la gubernatura el 14 de diciembre de 2018.
Pero el 24 de diciembre pierde la vida al desplomarse el helicóptero cuando viajaba a la Ciudad de México con su esposo, Senador Rafael Moreno Valle.
Y Luis Miguel Gerónimo contiende por segunda vez en la elección extraordinaria y Verónica continúa al frente de la jefatura de prensa.
Asume la gubernatura el primero de agosto de 2019 y el primer nombramiento del Ejecutivo fue para Verónica Vélez en la Dirección de Comunicación Social.
En Casa Aguayo inicia la siembra de espinas de Verónica.
El cargo la perdió.
La cegó.
Y la soberbia se apoderó de ella.
Pensó que el puesto sería eterno y que directivos, columnistas y reporteros le tenían que “rendir pleitesía”.
Creyó que el “mundo era suyo”.
Que era la “reina”.
La burbuja de Rosario Orozco-Julio Huerta-Verónica Vélez encapsuló a Barbosa.
Triada que eran “los ojos y oídos” del mandatario, pues su visibilidad era más que mínima y por pérdida de una pierna, casi no caminaba.
Fueron 3 años, 3 meses y 13 días que la titular de Comunicación Social ejerció un poderío no visto en ningún gobierno anterior.
En plena “borrachera del poder”, Verónica Vélez traicionó a su tutor, amigo y hacedor Fermín Alejandro.
Tal y como hizo Judas con Jesucristo… lo vendió por unas monedas.
Pero como apunta el filósofo de Güemes: Lo que sube, baja.
Llegó el martes 13 de diciembre de 2022 y el gobernador tuvo un infarto en la mañana y es trasladado de urgencia en helicóptero a la Ciudad de México.
Una versión es que falleció en la aeronave.
Otra que ya iba muerto.
La situación delicada no impidió que Vélez Macuil realizara, ese martes 13, la comida de fin de año con la prensa en Casa Puebla.
No importó si Barbosa estaba vivo o muerto.
Las restas y divisiones de Verónica, saltaron a partir del pasado 14 de diciembre y al día siguiente empezó su crudo y amargo despertar, con su respectiva cosecha de espinas.
El gobernador sustituto Sergio Salomón Céspedes tenía claro que tenía que quitarla, cambiarla.
Y lo hizo el 17 de febrero 2023 cuando anunció la salida de Verónica.
Del pasado 15 de diciembre al 17 de febrero transitó en su campo de espinas.
“Menú de espinas” que empezó a degustar en toda su extensión al anunciar el miércoles que dejaba la administración gubernamental.
Es real, lo que siembras… cosechas.
Al tiempo.
