Amables lectores, me encuentro sumamente preocupado por el aumento de los niveles de violencia con los que se comenten los actos delictivos no solo en Puebla, sino a nivel nacional, pareciera que aquellos que se dedican a delinquir se esfuerzan para que sus actos sobresalgan entre todos los que se realizan y como muestra tenemos el asesinato brutal de una mujer extranjera radicada en Puebla, que en esta semana ocupó los encabezados de periódicos nacionales.
Otro ejemplo es el de la violación sexual de la que fue objeto una estudiante de la UNAM, actos que tiene que ver con la violencia de género, que ya hemos definido en anteriores entregas, pero en general ¿qué es la violencia? Según Mario Caponneto, la violencia considerada en sí misma, es solo fuerza, coacción, ejercida o padecida desde afuera y sin ninguna cooperación por parte del que padece. De lo anterior podemos enunciar algunas prácticas violentas tales como los asesinatos, secuestros, violaciones, agresiones físicas, robos que tienen que ver con la expresión de violencia física, pero hay algunos hechos en los que la fuerza no se encuentre presente pero que potencialmente se puede usar como en el chantaje, extorciones y amenazas.
Hay estudios que señalan formas de violencia en los cuales el componente de la fuerza no se encuentra presente tales como gritos, palabras discriminatorias, así como señales con los dedos, miradas lascivas o escrutadoras, posturas corporales, que tiene como finalidad infundir temor y que alteran la salud mental de aquellos que son objeto de estas prácticas (violencia psicológica).
Los tipos de violencia a los que estamos expuestos como sociedad han hecho que circulen videos en redes sociales que promueven el uso de armas para defenderse ante posibles actos delictivos, así mismo el flujo de armas que se venden de manera ilegal. Ahora los traficantes de armas no solamente tienen como clientes a aquellos grupos de delincuencia organizada sino también a la sociedad en general.
Estamos atrapados dentro de una nube de violencia que, ante el fracaso de las políticas de seguridad, ante el miedo que tenemos a diario en la calle y en el hogar sin darnos cuenta, aumentamos la violencia social que se vive en este país todos los días.
• Es Doctorante en Derecho por la BUAP, donde se desempeña como Abogado Asesor en la Defensoría de los Derechos Universitarios, profesor colaborador en la Facultad de Derecho y C.S., y es Director del Bufete Jurídico “Pinto y Asociados” S.C.
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