Tlaxcala, Tlax. Se llevó a cabo la tienta pública de la mítica ganadería tlaxcalteca de Piedras Negras en la plaza Jorge Aguilar “El Ranchero” donde hubo bravura y toreros con sello y aroma. Alejados de los estereotipos que impone la modernidad de la técnica taurina. Miguel Villanueva, Raúl Ponce de León, Jerónimo y Antonio Romero ensayaron sus tauromaquias con 4 vacas del ganadero Marco Antonio González Villa con distinto comportamiento destacando la tercera que tocó en suerte al matador poblano Jerónimo.
El público que hizo casi media entrada de aforo, aplaudió la clase de Miguel, el poderío de Ponce las buenas maneras de Romero y el toreo a la mexicana de Jero.
CÁTEDRA DE PONCE DE LEÓN
El toreo del matador Raúl Ponce de León se convirtió en cátedra no solamente por la técnica y valor que atesora, un hombre que ahora dedica su tiempo a la ganadería y negocios, tuvo la actitud de poderle a una vaca que exigió técnica, capacidad y poder. La astifina hembra de Piedras Negras no era fácil, Raúl Ponce de León literalmente enseñó a embestir a un ejemplar que tuvo casta, peligro y la cual no permitió errores.
El ejercicio espiritual del toreo no se consuma si no existe en el albero la transmisión del peligro. Ponce fue prendido en dos ocasiones, el torero de casi 70 años volvió a exhibir el doctorado. Sin mirarse la ropa que había desgarrado la vaca, por momentos se pensó en la cornada, De León tomó la muleta y con valor sereno volvió a torear.
Un sector del público pidió que no siguiera, pero el pundonor es un valor que atesoran los que han vestido de luces. Héroes de la fiesta y mártires de la arena. Finalmente el matador, una vez concluida su labor, por su propio pie fue con las asistencias médicas a la revisión conducente. Pidió un cigarro y regresó al callejón para seguir hasta el final de la tienta. Una actitud que seguramente muchos nuevos toreros podrán tomar de ejemplo.
