El Tintero | Lilia Cedillo y los enemigos ocultos de cara a la reelección en la BUAP

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Lo que era un problema de simplemente una facultad que la rectora Lilia Cedillo fácilmente pudo haber resuelto en una sala de juntas con un ambiente de cordialidad terminó por expandirse como una epidemia a otros planteles de la institución, desempolvando viejas denuncias que la doctora y sus operadores pudieron contener en el pasado, todo en vísperas de la reelección.

Y es que aunque hace unos años el estrés del cargo envió al hospital a Cedillo Ramírez durante algún tiempo, al grado de dudar en repetir en el puesto, tiempo después terminó por convencerse de que cuatro años más le vendrían bien a su ego pero sobre todo a su cartera, pues rápidamente se dio cuenta de todos los beneficios que dicha oficina le traían en muchos ámbitos.

Pero lo que nunca pensó es que los fantasmas la perseguirían meses antes de que el proceso electoral comenzara en la Máxima Casa de Estudios de Puebla y es que un conjunto de quejas que no fueron atendidas en la facultad de medicina terminaron por estallar y desempolvar otras denuncias hechas tiempo atrás, mismas que simplemente fueron cubiertas.

Pues luego de que no existiera una respuesta favorable y sólo se diera la imposición de Claudia Cedillo como directora interina del plantel, comenzó a circular un video entre la comunidad universitaria y la sociedad poblana, grabación en el que se cuestiona el destino de los recursos de “una de las universidades más importantes del país”, seguido de una serie de imágenes en las que se muestran diversos desperfectos en distintos espacios de la institución.

La cinta no termina ahí, pues se exhiben los diversos llamados de los alumnos para la destitución de profesores con poca o nula capacidad de formar a los hombres y las mujeres del mañana, así como aquellos que han sido denunciados por prácticas de acoso y violencia en contra de las alumnas y docentes, a las cuales no se les ha prestado ni si quiera la más mínima atención.

No podía faltar el fracaso de CU2, un campus en el que nadie quiere impartir o tomar clases por la lejanía que tiene con la ciudad de Puebla, así como por las complicaciones para llegar al mismo, sin dejar de lado las denuncias de ejidatarios de la zona de que dichos terrenos les fueron literalmente arrebatados por la institución mediante títulos falsos, tal y como sucede con el sin número de docentes que se apropian de los trabajos de estudiantes para mantener los SNI.

Pero Cedillo no es la única o la principal que toma las decisiones en la institución, pues detrás de ella, la mano que mueve la cuna es José Manuel Alonso Orozco, “El Oso”, Secretario General de la institución, quien una ocasión y otra también decide el rumbo de la BUAP sin incluso consultar a la rectora, por lo que no debe sorprender que sea el quien esté aconsejando en este conflicto.

Tal es ya el problema en la institución que la noche de este miércoles las instalaciones de Ciudad Universitaria fueron tomadas por estudiantes que han sido acusados por la propia Lilia Cedillo de golpeadores que simplemente buscan desestabilizar políticamente su fallida gestión, pero seguramente su mano derecha es la que le susurra al oído que no debe rebajarse a reunirse con ellos.

En un futuro a corto plazo no se ve que este problema tenga una buena solución, pues sólo será cuando la rectora se siente a la mesa de negociaciones será cuando la problemática medianamente se pueda resolver, claro si Alonso Orozco y sus intereses políticos se lo autorizan, pues es obvio que no quiere perder los privilegios que manejar a la BUAP le ha dejado.

Y tal es el miedo de las cabezas de la universidad que hoy personal de la Fiscalía General del Estado de Puebla entró a la institución como si hubiera sido tomada por delincuentes y no por estudiantes y claro no faltaron los “colados” que se han dedicado a tomar fotografías de los quejosos no para un anuario escolar, sino seguramente para comenzar a amedrentarlos.

Fuerza a los jóvenes que simplemente defienden sus derechos a una educación de calidad y en paz, pues no tardan en llegar las amenazas con expulsarlos de la institución, borrar su historial académico e incluso para aquellos que estén por terminar su carrera las advertencias de perder la oportunidad de obtener un título y por consiguiente de ejercer su profesión.

La historia seguro dará para más, así que si algo no leyó lo dejamos en el tintero para la próxima entrega.