Por: Gerardo Pérez García
El gobernador Alfredo Toxqui intuía que la intención del Presidente Luis Echeverría era desestabilizar Puebla, provocar su caída y la del Rector Luis Rivera Terrazas para apoderarse del Estado y del manejo de la Universidad Autónoma de Puebla –UAP-, al enterarse que un grupo de estudiantes habían sostenido, febrero de 1976, un encuentro privado en Palacio Nacional.
Ante la toma del Carolino por un grupo de 200 universitarios, encabezados por Alejandro Gallardo Arroyo, director de la preparatoria Benito Juárez, la tarde del jueves 29 de abril de 1976, su olfato político lo lleva a designar al coronel Felipe Flores Narro, director de la Policía Judicial, como su representante personal y negociador.
Las reuniones se llevaron a cabo en el hotel Colonial.
Pláticas que fueron en el terreno de los sublevados estudiantes y consejeros universitarios.
Encuentros secretos y sigilosos.
Siempre fueron en la madrugada.
En el penúltimo encuentro, Flores Narro les deja el mensaje del doctor Toxqui:
… “Muchachos, no hay mañana”.
… “Desalojen El Corolino”.
… “De no hacerlo, en cualquier momento llegará el Ejército y entrará al edificio”.
… “Habrá un enfrentamiento que desencadenará en una masacre”.
… “Los soldados acatan al pie de la letra las “órdenes superiores”. No lo olviden”.
… “El pretexto del ataque será la liberación de los rehenes que tienen ustedes”.
¿Qué garantías nos da el gobernador que no habrá cárcel ni persecución contra nosotros?, le inquire Alejandro Gallardo, director de la preparatoria Benito Juárez.
La respuesta de Narro fue contundente:
“La palabra del señor gobernador Alfredo Toxqui”.
El grupo negociador le pide al “jefe Narro” un compás de espera para ir a exponer la propuesta al resto de los estudiantes.
Bajo las sombras de la noche, uno a uno fue saliendo del hotel Colonial para cruzar la pequeña explanada e introducirse a El Carolino.
Después de exponer al grupo lo que se avecinaba, con la intervención del Ejército, llegaron a un acurdo.
Y Gallardo acude a dar la repuesta a Flores Narro:
Se entrega El Carolino.
Y los rehenes.
De madrugada abandonaron el edificio.
Así y después de 10 días del asalto –perpetrado el 29 de abril de 1976-, en grupos de 5 estudiantes fueron abandonado las instalaciones universitarias.
Y procedieron a liberar a más de 30 funcionarios, entre ellos a Bautista, Arturo Loyola –quien traicionó el movimiento-, entre otros.
De esa forma el gobernador Alfredo Toxqui cumplió su palabra, puesto que ninguno de los integrantes de la toma de El Carolino… fue detenido.
SE REFUGIARON EN CASA DEL MAYOR VARGAS
Gallardo Arroyo y su grupo cercano se refugiaron en la casa del mayor Enrique Vargas Valenzuela, papá del estudiante de Derecho Enrique Vargas Careaga.
Ahí permanecieron ocultos en espera de ser recibidos por el mandatario nacional.
Para ello, habían perdido contacto con el enlace presidencial Gaspar Chávez Zárate.
Tenían claro que el doctor Toxqui cumpliría su palabra, que no les fallaría.
El temor, su temor, era por el revire del Rector Rivera Terrazas.
PRESIDENTE ECHEVERRÍA… SOMOS ESTUDIANTES DE LA UNIVERSIDAD DE PUEBLA
Carlos Talavera y tres estudiantes más se trasladaron al Distrito Federal para solicitar una audiencia con el titular del Ejecutivo Federal.
La respuesta del responsable de Audiencias:
“Habrá que esperar. Nosotros les avisamos. Dejen número telefónico para localizarlos”.
Finalmente llega la ansiada llamada telefónica:
Vayan mañana a Tlatelolco, el señor Presidente de México tendrá una reunión en el edificio de la Secretaría de Relaciones Exteriores.
El Estado Mayor Presidencial tenía cercado el acceso y cuando Carlos Talavera intenta pasar… se lo impidieron.
Más uno de ellos logró colarse.
Y cuando Luis Echeverría salía del pórtico de Relaciones Exteriores para cruzar la plancha de Tlatelolco, le grita:
… Señor Presidente, somos estudiantes de la Universidad de Puebla
Echeverría volteó.
Se detuvo unos segundos.
Lo vio.
Y le respondió:
… “Busquen a Moya Palencia”.
Se trasladaron a Bucareli y Mario Moya Palencia, Secretario de Gobernación, los recibe.
Les oferta becas para que terminen su carrera en la Universidad Veracruzana, en Jalapa, Universidad de Colima y Universidad de Tlaxcala.
Escojan dónde quieren ir, les soltó Moya Palencia.
Tiempo después del asalto a El Carolino, en plática off de record, Alfredo Toxqui le reveló a Alejandro Gallardo:
“Qué bueno que hicieron caso de liberar a los rehenes y dejar El Carolino”.
“De no haberlo hecho… se hubiera dado una carnicería, muchos de ustedes hubieran muerto”.
“Esa acción militar… hubiera terminado con mi gobierno”.
Vale acotar.
La infidencia la hizo Gallardo a quien fuera más que su amigo, era su hermano.
Y ese hermano la narró a este tecleador.
Juré no decirlo. Pero Alejandro ya falleció, como también el doctor Toxqui.
Vaya pasaje histórico universitario que lleva a citar: recordar es vivir.
Al tiempo.