Por: Jorge Pinto Tepoxtecatl
Las creencias religiosas, el nivel educativo de cada persona, el origen étnico, la opinión, las preferencias y orientación sexual, el género, la edad, las discapacidades, entre otros, son motivos de discriminación e intolerancia que se vive a diario en todo el mundo y son indicadores de que aun la tolerancia y el respeto a los derechos humanos no ha permeado eficazmente en nuestras diversas sociedades.
La tolerancia consiste en el respeto, la aceptación y el aprecio de la rica diversidad, de las culturas de nuestro mundo, de nuestras formas de expresión y medios de ser humanos. La fomentan el conocimiento, la actitud de apertura, la comunicación y la libertad de pensamiento de conciencia y de religión. La tolerancia consiste en la armonía en la diferencia. No sólo es un deber moral, sino además una exigencia política y jurídica. La tolerancia, la virtud que hace posible la paz, contribuye a sustituir la cultura de guerra por la cultura de paz. (Artículo 1 de la Declaración de Principios sobre la Tolerancia UNESCO).
Según, la Dra. Victoria Camps Cervera, la tolerancia se nos presenta como virtud, con una doble perspectiva: moral y política. Como virtud moral, porque con la tolerancia se aceptan las diferencias culturales y de opinión, las creencias y las formas de vida distintas a las propias; porque en cuestiones morales, políticas y culturales, no se puede establecer una verdad única y definitiva. Como virtud política, las sociedades democráticas mantienen en gran medida sus sistemas de convivencia, gracias a la consciente aceptación del pluralismo cultural de su propia realidad social, y ello, es gracias al ejercicio de la tolerancia.
De acuerdo con la Dra. Mónica Beltrán Gaos, la tolerancia puede ser entendida desde un punto de vista negativo y desde otro positivo. Negativo porque si atendemos al significado del verbo “tolerar”, éste lo hallamos en clave negativa: aguantar, soportar, resistir, sufrir, consentir, permitir, etc. El acto de tolerancia presupone, primeramente, la existencia de razones para no admitir una acción, una ideología o una creencia. Sin embargo, tras sopesar o ponderar otro tipo de razones, éstas se sobreponen a las primeras, de manera que se convierten en un motivo válido para cambiar de actitud y, en definitiva, permitir, tolerar, dicha acción, ideología o creencia. Desde un punto de vista positivo, la tolerancia conlleva una actitud caracterizada por el esfuerzo para reconocer las diferencias y comprender al otro, es decir, reconocer su derecho a ser distinto.
La injusticia, la violencia, la discriminación, el racismo, la marginalización, entre otras, son formas comunes de lo opuesto a la tolerancia, como lo son los actos atroces que han ocurrido en muchas partes del mundo, a manera de ejemplos, citamos los siguientes:
- La rivalidad entre Rusia y Ucrania que tiene muchos años de historia, entre 1932 y 1933, la entonces URSS provocó una hambruna criminal en la República de Ucrania. Los campesinos habían rechazado la colectivización impulsada desde Moscú, que en represalia confiscó las reservas alimenticias de millones de ucranianos. La situación derivó en la muerte de un cuarto de la población del país.
- La masacre que las fuerzas coloniales alemanas cometieron en 1905 en contra de la minoría étnica herero en lo que, hoy se conoce como el país africano de Namibia.
- La política nazi de la “solución final” con la cual Hitler trató de eliminar a todos los judíos de Europa.
- En 1971 cuando las fuerzas paquistaníes masacraron a miles de personas en un intento fallido de evitar que Bangladesh se separara.
La tolerancia debe ser una actitud que asumamos todos los días, en todos los ámbitos en los que nos desenvolvamos, respetando la diversidad de las culturas, de formas de pensar, expresión, creencia, entre otros; reconociendo que cada ser humano es único y merece ser dignificado, solo así, las guerras dejaran de ser rentables y nuestras únicas armas serán las ideas y el diálogo permanente e inagotable.
- Es Doctor en Derecho por la BUAP y miembro del Instituto Latinoamericano del Ombudsman.
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